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'Nadie sacrifica a sus líderes por la independencia'

Slomo Ben Ami, de 58 años, oriundo de Tánger, profesor de Historia en la Universidad de Tel Aviv, diputado en el Parlamento de Jerusalén, ex primer embajador de Israel en España, ex ministro de Seguridad Interior y de Asuntos Exteriores en el Gobierno de Ehud Barak, es uno de los líderes más carismáticos y lúcidos del movimiento laborista israelí. Por principios, Ben Ami no forma parte del Gobierno de Unidad Nacional con el Likud. El lunes por la noche habló con EL PAÍS.

Pregunta. ¿Qué valoración hace del discurso de Bush?

Respuesta. En esta región ha habido siempre un exceso de profetas y visionarios. Lo que hace falta son propuestas concretas, fórmulas e instrumentos para aplicarlas. Esto no sucede con el discurso de Bush, que es especialmente vago e inconcreto.

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P. ¿Cree que los palestinos pueden aceptarla?

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R. ¿Cómo cree usted posible que puedan aceptarla? Es una propuesta irreal y fantástica. Si con todo lo que les ofrecimos nosotros en Camp David ellos dijeron que no, ¿cómo van a aceptar entrar en esta gran avenida que no conduce a ninguna parte y con la que no se resuelve ninguno de los grandes temas conflictivos que tenemos con los palestinos, como Jerusalén, refugiados y fronteras? Estoy seguro de que van a decir que no.

P. ¿Cree que el discurso de Bush supone el asesinato político de Arafat?

R. No quiero hablar en estos términos, me niego a entrar en este juego. Para empezar, porque no creo que la sociedad palestina esté dispuesta a sacrificar a todo su liderazgo, porque no olvide que Bush no habló sólo de Arafat, sino de todos sus responsables políticos, a cambio de nada. A cambio de una propuesta vaga e inconsistente. No conozco ningún caso en la historia en que un pueblo haya decidido sacrificar sus líderes a cambio de la independencia. Ni uno solo.

P. ¿Las palabras de Bush no han supuesto una gran derrota para el laborismo israelí?

R. Desde luego. Ésta es la segunda gran derrota del laborismo; la primera fue cuando con ocasión del triunfo de las elecciones de Ariel Sharon el laborismo aceptó entrar en el Gobierno de Unidad Nacional, la segunda gran derrota la ha sufrido ahora con el discurso de Bush. Espero que la situación pueda servir de revulsivo para que a partir del Congreso Nacional salgamos del Gobierno de Unidad Nacional. Ya no existe ninguna de las razones que nos llevaron a colaborar con Sharon.

P. ¿Es entonces una victoria del Likud?

R. Bueno, ellos lo ven así. Pero es una victoria pírrica. Los ataques terroristas continuarán y el discurso no soluciona nada; al contrario.

P. ¿Y ahora qué?

R. Ahora, más que nunca, es necesaria una conferencia internacional. Si en algún momento ha sido urgente, es ahora. Tenemos que dibujar entre todos el mapa hasta la paz.

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