La policía admite que los asaltos con mazas contra joyerías se han multiplicado por 17 este año

Los robos en joyerías por el procedimiento del mazazo en los escaparates se han convertido en la pesadilla de la policía. Así lo revela un informe de la Jefatura Superior de Policía, según el cual este tipo de hechos criminales se han incrementado un 1.625% en el primer cuatrimestre de este año respecto al mismo periodo de 2001: han pasado de 4 a 69. Y esto, a pesar de la operación policial denominada Maza, a la que están destinados más de 250 agentes. Los empresarios del sector reclaman 'medidas urgentes' para frenar las cuantiosas pérdidas que sufren.

El informe concluye que los ladrones de joyerías se han especializado en el sistema del mazazo, ya que estos asaltos son 'más fáciles de cometer' que los atracos clásicos. Además, los delincuentes gozan de 'mayor impunidad', porque, cuando son detenidos y pasan a disposición judicial, en la mayoría de los casos son puestos en libertad. Sólo el 11% de los arrestados por robo con fuerza en las cosas (92 de los 803 detenidos) ingresaron en prisión entre enero y abril. En cambio, los atracadores, que usan violencia o intimidación contra sus víctimas, tienen más probabilidad de ir a la cárcel. 'En los atracos, los autores han de enfrentarse con los empleados del local, lo que no ocurre en la modalidad de la maza. Y hay que resaltar que en este tipo de hecho delictivo se da un alto grado de reincidencia', explica el informe.

Por contra, el número de atracos a joyerías ha bajado a la mitad: de 18 en los primeros cuatro meses de 2001 a nueve en el primer cuatrimestre de 2002. El mayor descenso se ha registrado en 'otras modalidades delictivas' (robos por el procedimiento del butrón, estafas, hurtos y tirones a representantes de joyerías), que han pasado de 28 a 9 delitos.

La Jefatura Superior de Policía puso en marcha el 13 de marzo pasado un dispositivo especial de vigilancia denominado Operación Maza: policías en moto pertenecientes a la Brigada de Seguridad Ciudadana, apoyados por policías de proximidad de las 10 comisarías de distrito de la almendra central de la capital, patrullan las zonas calientes. Éstas se hallan, sobre todo, en el barrio de Salamanca (calles de Goya o Serrano) y en Carabanchel (Marcelo Usera y General Ricardos).

Los 250 policías destinados a este dispositivo, distribuidos en turnos de mañana y tarde, deben detener e identificar a las motocicletas ocupadas por dos personas si resultan sospechosas. La orden les obliga a efectuar 'identificaciones selectivas de personas y controles de los vehículos'. Los datos recabados son transmitidos al Grupo de Análisis y Tratamiento de la Información (GATI), el superfichero informático de la Dirección General de la Policía. Si durante el patrullaje reciben un aviso de la emisora del 091, deben cerrar las vías de escape de los ladrones. Las grandes avenidas y la M-30 son los lugares por los que éstos huyen.

Atención a la compraventa

La investigación también está recogida en la Operación Maza. Los grupos de la Policía Judicial 'deben prestar especial atención a los comercios de compraventa de joyas y a aquellas personas que se dedican a la receptación [comercialización] de las alhajas sutraídas'. Según fuentes policiales, éste es el punto débil de la operación, ya que no suele investigarse a los peristas, que son los que dan salida al material robado. Sin embargo, un mando de la Jefatura Superior de Policía destacó en la presentación de los 325 nuevos policías que se incorporaron el martes a las comisarías de la capital que en las dos últimas semanas no ha habido mazazos en las joyerías.

El informe policial también solicita medidas judiciales para acabar con los mazazos, tales como juicios rápidos, prisión preventiva y tolerancia cero con los reincidentes. Madrid, con el 19,91% de los robos a joyerías registrados en España, se ha colocado en el lugar más inseguro, tras Andalucía. Según el Ministerio del Interior, en la región operaban en 2001 siete bandas internacionales especializadas en este sector.

Según el secretario del gremio de joyeros, Armando Rodríguez, el número de menores delincuentes que roban con mazas ha aumentado en las últimas semanas.Suelen ser jóvenes que están muy entrenados en gimnasios para manejar las pesadas mazas y hacer añicos en pocos segundos un grueso escaparate de cristal blindado. Además, son muy hábiles al hacerse con los relojes de lujo y las alhajas más caras. 'Los motoristas suelen llegar con los cascos protectores en la cabeza, por lo que su identificación, a pesar de que haya cámaras de seguridad grabando, resulta casi imposible', reconoce Rodríguez.

'Los datos son cada vez más graves. Si con los medios que ha puesto en marcha la policía se ve incapaz, tendrá que dedicar más agentes para acabar con esta criminalidad que sufrimos', añadió el secretario del gremio.