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Entrevista:Trinidad Jiménez | Candidata del PSOE a la alcaldía de Madrid

'Hay que apostar por el transporte público'

Su despacho en la sede socialista de Ferraz está lleno de libros sobre asuntos internacionales. De Madrid, sólo un cuadro regalado por la Agrupación Socialista de Carabanchel: una rosa en primer plano y, al fondo, el Ayuntamiento, su objetivo. Trinidad Jiménez, de 39 años, secretaria de política internacional del PSOE y candidata a alcaldesa, es rotunda, pese a su suave acento malagueño: 'Voy a ganar y cambiaré la ciudad. Álvarez del Manzano tiene miedo a tomar decisiones'.

Malagueña, divorciada, vecina de Centro, muestra una amplia y uniforme sonrisa cuando habla. Se le nota convencida de lo que dice. '¡Voy a ganar!', exclama sin el menor atisbo de duda. Ya ha recorrido varios barrios de la ciudad que desconocía. Sólo baja la vista cuando se refiere al trato que reciben los ancianos. 'Pero no quiero decir nada que suene cursi', confiesa. Compara continuamente Madrid con otras capitales extranjeras y asegura que a esta ciudad 'le falta un Gobierno que tome decisiones'.

'¡Voy a ganar! Pero si perdiese actuaría con lealtad y respeto a quienes me han votado'
'Quiero cambiar el Ayuntamiento, una institución que necesita agilidad y modernidad'

Pregunta. Defina su proyecto.

Respuesta. Me gustaría que Madrid fuera sencillamente una ciudad para vivir. Y esto se puede realizar con políticas que permitan solucionar problemas para construir un Madrid mejor. El actual alcalde del PP carece de proyecto, no gobierna. Deja que los problemas se le acumulen. Se nos elige para gobernar, para tomar decisiones, para ejercer la autoridad. Y aquí hay una falta de gobierno evidente. Un alcalde tiene que ser la autoridad, no debe darle miedo ejercerla.

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P. ¿Cuáles son los principales problemas de esta ciudad?

R. El primero, la inseguridad, que se ha convertido en una cuestión que preocupa a los ciudadanos. Hasta ahora no había una sensación de inseguridad como la que tienen ahora los madrileños. El alcalde debe dar tranquilidad y seguridad. En segundo lugar, el tráfico, que es un caos. Y el tercer problema es el gran caos urbanístico.

P. ¿Cómo arreglaría el tráfico?

R. No se puede actuar con laxitud cuando hay coches aparcados en cuarta o quinta fila. Hay que inculcar una cultura cívica, porque esto no lo he visto en ninguna ciudad del mundo.

P. ¿Reservaría para los peatones nuevas calles?

R. Para peatonalizar, primero haría un estudio en el que incorporaría la opinión de todos los sectores afectados (comerciantes, urbanistas...); y, además, hay que llegar a un acuerdo con los Gobiernos regional y central. La peatonalización del centro y la restricción del tráfico al centro puede ser una medida muy importante, ya que Madrid tiene un carácter radial y el centro es un cuello de botella. Hay zonas del centro que se pueden peatonalizar. Se puede ir un poco más allá de lo que se hace ahora, que no se hace nada.

P. Pero los vecinos necesitan ir al centro todos los días... Hay multitud de edificios públicos...

R. Existe otra medida, que será difícil de tomar, pero cada vez es más evidente que hay que pensar en desalojar algunos edificios administrativos, porque así se despejarían las entradas a Madrid. Y, además, eso permitiría convertir esos centros en viviendas y el casco histórico tendría mayor vida.

P. Sin embargo, el alcalde, José María Álvarez del Manzano, ha comprado dos grandes edificios bancarios en la calle de Alcalá para trasladar ahí oficinas municipales.

R. Soy partidaria de concentrar los centros administrativos a las afueras de Madrid. No se puede dispersar el aparato administrativo en miles de oficinas. Soy partidaria de mantener un edificio representativo en el centro, que podría ser la Casa de la Villa, pero podría construirse a las afueras una ciudad administrativa, con viviendas, con equipamientos, con un criterio sostenible y adecuado a la medida de los ciudadanos. Insisto en que ésta no es una propuesta cerrada, todavía tengo que hablarla y pactarla con mis compañeros y con otros sectores.

P. ¿Su idea, entonces, es sacar del centro edificios de oficinas para evitar la congestión?

R. Tenemos un problema muy grave de congestión. Si observas la ciudad desde el aire, se te hace raro ver tanta población en un espacio tan pequeño. Hay una enorme concentración de edificios en altura. Es una barbaridad. El alcalde ha hecho muchas recalificaciones urbanísticas sin ningún plan. ¿Qué se ha exigido a cambio a las grandes constructoras, que tienen unas ganancias tremendas? Nada. Con nosotros podrían seguir construyendo, pero a la vez tendrían que hacer más parques, más equipamientos... Y esto nunca se ha hecho.

P. ¿Apostará decididamente por el transporte público?

R. Soy partidaria de los servicios públicos, porque palian las desigualdades. Un transporte bien hecho despeja el tráfico. Mucha gente no coge los autobuses porque no llegan, son irregulares. Hay que hacer una apuesta por el transporte público, como la Comunidad lo ha hecho por el metro.

P. ¿Qué opina del desarrollo urbanístico de la capital?

R. Sencillamente, es un caos. Me gustaría que Madrid se pudiera desarrollar más. No estoy en contra del desarrollo, sino que quiero que se haga con un sentido estético y a la medida del ciudadano. París o Londres disfrutan de emblemas urbanísticos levantados en el siglo XX. En cambio, los madrileños, cuando miramos la ciudad, no sabemos cuál es nuestro emblema actual, qué nos define como ciudad. No hay nada. Sólo se construyen casas, pero sin sentido, sin criterio, sin carácter.

P. ¿Y tiene solución?

R. Para que una ciudad lata es necesaria una cierta homogeneidad, un sentimiento de cohesión social. Los datos son muy preocupantes con los más desprotegidos: los mayores, los niños y los jóvenes. Faltan residencias para los mayores. Hay 18.000 ancianos en lista de espera. Es un dato desgarrador, pero más desgarrador aún es que el 80% admita que no es feliz. Y esto es un dato muy revelador de cómo el actual alcalde trata a su gente. Los mayores son los que más me conmueven. Me produce cierta sensación de vergüenza ver cómo son atendidos, los pocos servicios que tienen...

P. ¿Y los jóvenes?

R. No tienen perspectivas de futuro, y no sólo por sus empleos precarios. La vivienda es otro de los grandes problemas. ¿Qué ocurre? Si un joven tiene un sueldo de 150.000 pesetas y quiere comprarse una casa de 50 metros cuadrados, tendría que estar pagando su sueldo íntegro durante 15 años. Me produce un cierto sonrojo que el Ayuntamiento haya ofrecido sólo doscientos y pico pisos en alquiler en su plan municipal, y que ya haya 20.000 personas que aspiren a ellos. ¿En qué ciudad vivimos?

P. Volvamos a la inseguridad ciudadana. ¿Cuál es la solución?

R. Necesitamos más agentes en las calles. Hace falta una policía más moderna, más preparada para enfrentarse a los desafíos de la criminalidad. También es necesario un plan director que coordine a los diversos efectivos. Y hay que abrir otra vía: que los policías municipales tengan más competencias. Ahora sólo se ocupan del tráfico y creo que podrían hacer una labor de prevención, disuasoria.

P. A los comicios concurrirán, por un mismo puesto, una candidata socialista, usted, y otro afín al PSOE, José María Mendiluce, por Los Verdes-Izquierda de Madrid.

R. Es un error que Mendiluce se presente. Tiene derecho a hacerlo, pero es un error. Él lo plantea para sumar votos progresistas, pero esta vez no los suma. Los pocos votos que pueda sacar se los quitará a las fuerzas progresistas. El fraccionamiento perjudicará al resultado final.

P. ¿Y por qué lo hace?

R. Cree estar en condiciones de obtener algo. Pero se equivoca. No me parece coherente que él, que logró escaño en el Parlamento europeo por ir en la lista del PSOE, se presente en una lista alternativa. Espero que lo reconsidere.

P. Quien no dispersará el voto es Joaquín Leguina, que no concurrirá a las primarias del PSOE.

R. La cohesión interna es importante. El enfrentamiento interno hace daño. Estaría encantada de presentarme a unas primarias con Joaquín o con quien fuera, porque es un mecanismo de selección interna. No estoy en contra de la primarias. Las primarias estarían muy bien si las hicieran, por ley, todos los partidos; y estarían muy bien si se permitiera votar a todos los simpatizantes. A veces, las primarias no se utilizan para elegir al mejor candidato, sino para medir el poder interno de cada candidato.

P. ¿Tiene en mente su equipo si gana la alcaldía?

R. Mantendré el equilibrio y la paridad entre hombres y mujeres. Pero no descarto que haya más mujeres que hombres o al revés. De verdad. Quiero escoger a los mejores para cambiar el Ayuntamiento, que necesita agilidad y modernidad. Es necesario cambiar el funcionamiento de las juntas de distrito. La ciudad no aguanta más sin una ley de capitalidad.

P. ¿Y si no gana?

R. ¡Voy a ganar! Pero si perdiese, actuaría con lealtad y respeto a mis votantes. Estaría en la oposición. Yo, cuando hago algo, lo hago hasta las últimas consecuencias.

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