Manuel Monteagudo bate récords con sus 500 representaciones de 'Taí Viginia'

Manuel Monteagudo lleva seis años buscando a Virginia por escenarios de toda España y aún no la ha encontrado. El actor ofreció ayer en el teatro Central de Sevilla la representación que hace el número 500 de Taí Viginia (¿Estás ahí, Virginia?), un monólogo en el que el actor sevillano se convierte en una anciana con demencia senil que hace desternillarse al público de risa. La obra, que estará en el Central hasta el 12 de mayo y continuará después con su larga gira, es la más representada del teatro andaluz en la última década.

La protagonista, una anciana que vive sola y provoca las situaciones más surrealistas, no para de buscar a Virginia, un personaje que nunca aparece, durante los 60 minutos que dura el monólogo. 'La obra no ha cambiado respecto a la versión que estrené hace seis años. Sólo he introducido algunas cosas que el público no nota pero que para mí son pequeños retos. En la comedia es muy difícil improvisar, todo tiene que estar muy estructurado, tanto que parece una fórmula matemática', comentó ayer Manuel Monteagudo después de apagar las velas de una tarta con la que celebró sus 500 noches buscando a Virginia y el haber llegado al teatro Central.

'Para mi es muy importante estar en este teatro que tiene una de las ofertas más vanguardistas del país. El Central ha abierto las puertas a pocas compañías andaluzas y llegar aquí es un orgullo', asegura el actor que ha recibido tres premios por Taí Viginia, entre ellos el de Mejor Actor en la Feria de Teatro del Sur de Palma del Río (Córdoba) en 1996.

Esta tragicomedia con guión, dramaturgia y dirección de Manuel Monteagudo y Guillermo Rodríguez se estrenó en 1996 y ha se ha representado por todo el país. 'Sevilla es la ciudad en la que hemos ofrecido más representaciones, unas 60 repartidas entre las salas La Imperdible, San Luis, San Hermenegildo y la de la Once', enmumera Monteagudo, sevillano de 38 años.

'Fuera de Andalucía, sobre todo en zonas de Castilla, el público se queda más con la parte trágica de la historia, una anciana que vive sola y a la que le ocurren un sinfín de desgracias. Aunque también se ríen, no es la carcajada que suelta el público del Sur. Aquí estamos más familiarizados con el humor negro', explica el actor que creó su propia compañía con esta obra y, desde 1996, ha puesto en escena otros dos montajes: Del otro lado, un espectáculo de humor sin palabras, y Ay Carmela, la obra de José Sanchís Sinisterra con la que todavía está trabajando.

'Disfruto mucho haciendo Taí Viginia y siento que sigo conectando con el público. Si notara que la comunicación no funciona, lo dejaría inmediantamente. Pero claro, es verdad que la he ido intercalando con otros trabajos. Hacer una misma cosa, en exclusiva, durante seis años sería demasiado', explica el actor que cuando sube al escenario se transforma en una anciana desquiciada en la que también hay mucha ternura.

'Yo me siento más seguro haciendo comedia. Pero, en realidad, cualquier comedia es una tragedia. Los grandes dramas, las obras de Shakespeare o de García Lorca, están llenas de pinceladas de humor que son la sal de la pieza', asegura el actor que con esta producción consiguió el tercer premio del Certámen Nacional de Monólogos en 1997.