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Un juego de electrodos convierte a una rata en un robot teledirigido

Los científicos esperan aplicarlo al rastreo de minas y catástrofes

Javier Sampedro

Un equipo de fisiólogos de la Universidad Estatal de Nueva York ha convertido a una rata en un verdadero robot teledirigido. El animal lleva tres electrodos implantados en el cerebro. Uno de ellos produce la misma sensación que si a la rata le hubieran tocado el bigote izquierdo. Otro, lo mismo con el bigote derecho. Y el tercero estimula el circuito de la recompensa, descargando una andanada de placer cuando la rata lo hace bien.

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Cuando los investigadores quieren que la rata gire hacia la izquierda, activan con un mando a distancia el electrodo que imita al bigote izquierdo. Si el animal gira, en efecto, a la izquierda, le recompensan con una descarga en el circuito del placer (cuyo nombre técnico es 'haz medial del prosencéfalo'). Y lo mismo para girar a la derecha. Si quieren que la rata siga recta pese a un obstáculo (un peldaño, por ejemplo), le dan sin más una descarga de placer mientras camina hacia adelante.

Basta un corto entrenamiento con estas órdenes simples para que la rata pueda ser después teledirigida por cualquier paisaje complejo (véase gráfico). Los electrodos van conectados a una mochila que la rata lleva a la espalda, y que contiene un miniordenador que recibe las señales del mando a distancia. Sanjiv Talwar y sus colegas de Nueva York, que presentaron ayer la técnica en Nature, creen que las ratas-robot teledirigidas de esta forma podrán entrenarse para rastrear campos de minas o zonas devastadas por una catástrofe, en busca de supervivientes.

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