El grupo Guissona ultima su salida a Bolsa

El Consejo de Administración del grupo agroalimentario Guissona (CAG) -formado por Cooperativa Agropecuaria, Corporación Alimentaria, Àrea, Alfalfa y Piensos y Seguros Agropecuaria- someterá a la aprobación de la junta de accionistas, prevista para el próximo día 9 de mayo, la salida a Bolsa de la sociedad para respaldar el crecimiento de la empresa. La propuesta coincide con el mejor momento económico de la empresa.

El grupo ganó el año pasado 15 millones de euros (casi 2.500 millones de pesetas). Los beneficios de ese ejercicio representan un incremento del 68% respecto a los del anterior. La dirección del grupo Guissona, una de las mayores empresas españolas del sector agroalimentario, con sede en Guissona (Segarra), no sólo presentará a sus accionistas unos resultados históricos, sino que propondrá cuatro cambios estructurales en la actual organización para facilitar su conversión en una sociedad cuyas acciones puedan cotizar en el mercado bursátil. La operación debe ser aprobada por la Comisión del Mercado de Valores.

La compañía propondrá a sus socios dividir el valor de los títulos con el objetivo de que la empresa cuente a partir de ese momento con un capital representado por 18,74 millones de acciones con un valor nominal de 4 euros cada una. También impulsará reformas estatutarias para facilitar la libre transmisión de las acciones, incrementar el número de consejeros de los 8 actuales a 10 y dotarse de mecanismos para defenderse en el futuro de una hipotética oferta pública de adquisición (OPA) hostil. Asimismo, la compañía regulará la retribución del Consejo de Administración.

La sociedad Corporación Alimentaria Guissona, SA, se constituyó en 1999 mediante la aportación a la misma de varias ramas de actividad por parte de las sociedades Cooperativa Agropecuaria de Guissona, Àrea de Guissona, Proporsa, Alpisa y Alsicor. Esta sociedad se creó para reunir en una única compañía las actividades industriales y comerciales del grupo, y dotar a las mismas de una estructura ágil que facilitara futuras alianzas con otras empresas del sector y permitiera el acceso a mercados de capitales vedados a las sociedades cooperativas.

Sin embargo, un grupo de socios de la CAG, respaldados por el sindicato Unió de Pagesos y la Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña, impugnó la reorganización empresarial, acordada en asamblea por 300 socios, al considerar que con el trasvase de más del 70% de la actividad a Corporación Alimentaria se vulneró la norma de cooperativas y se infravaloraron los activos de la entidad, lo cual perjudicó a más de 50.000 cooperativistas y benefició a los directivos y a sus familiares.

El juzgado de Cervera desestimó la demanda, pero el caso llegó a la Audiencia de Lleida. La Fiscalía investiga ahora si los miembros de la junta rectora cometieron un delito contable al aprobar la tasación de las cuatro filiales que se integraron en la nueva sociedad anónima. El portavoz de CAG, Antoni Condal, sostiene que la denuncia fue presentada por entidades totalmente ajenas a la cooperativa, que tiene 'plena confianza en la reestructuración del grupo empresarial Guissona, al haberse realizado de forma legal y correcta'.

Corporación Alimentaria Guissona, que absorbió las fábricas de piensos, el matadero y otros activos de las empresas filiales, obtuvo el año pasado unos beneficios netos de 7,81 millones de euros, mientras que los de la Cooperativa Agropecuaria, sociedad dedicada al engorde de animales en las granjas de sus socios, fueron de 4,25 millones de euros. Fuentes de la empresa atribuyen los exitosos resultados obtenidos a la crisis de las vacas locas, que hizo aumentar la venta de otros productos cárnicos, principalmente el cerdo y el pollo.