Se buscan camareros y cocineros

El sector español de hostelería tiene problemas para encontrar trabajadores estables. La patronal que las agrupa ha cifrado en 16.470 personas ese déficit, que afecta sobre todo a perfiles poco cualificados, como camareros, pero también cocineros. Las necesidades han tenido ya la primera consecuencia: la solicitud de trabajadores extranjeros.

Cataluña es la comunidad que más puestos necesita cubrir, con 4.000, y sólo Extremadura está libre de este problema

No es raro ver el cartel de 'se necesita personal' colgado a la puerta de un McDonald's. Las dificultades para encontrar españoles dispuestos a trabajar en el sector de la hostelería -bares, restaurantes, hoteles- de forma estable no son nuevas. Pero este año, por primera vez, la Federación Española de Hostelería (FEHR), que agrupa a 70 asociaciones empresariales, les ha puesto número, tras sondear a sus empresas asociadas.

Se trata de 16.740 puestos en un sector que emplea a 887.700 trabajadores, segun la última Encuesta de Población Activa (EPA), si bien sólo alrededor de 500.000 son trabajadores estables; es decir, que aproximadamente el 40% del empleo es temporal en un sector muy heterogéneo -desde la cadena de comida rápida más grande hasta el bar de la esquina regentado por una familia, pasando por el hotel de lujo- y marcado por las temporadas turísticas.

La comunidad más afectada por este problema es Cataluña, donde las empresas buscan 4.000 trabajadores, pero hay otras cuatro que superan el millar de puestos a cubrir: Madrid (3.000), Comunidad Valenciana (2.000), Andalucía (1.300) y Castilla y León (1.200), y Extremadura es la única comunidad que no tiene ninguna dificultad para encontrar empleados en el sector.

El perfil más difícil de encontrar, siempre según el análisis de la patronal, es el de ayudante de camarero, si bien también hay escasez de personal de cocina y, en menor medida, de cocineros.

El desajuste responde a varios factores, según Emilio Gallego, responsable del departamento de Empleo de FEHR. Entre éstos destaca la reducción del desempleo que se ha producido en España durante los últimos años; el desajuste entre el sistema formativo -formación profesional y un título de tres años de la Universidad de Alcalá de Henares- y las necesidades del sector, que demanda 'profesionales formados'; y las condiciones de trabajo, ya que son habituales los horarios nocturnos o trabajar en fin de semana. Gallego rechaza que los bajos salarios -'el sueldo mínimo está entre 700 y 750 euros al mes'- sea un factor decisivo.

La respuesta de algunos empresarios a esta situación ha sido mirar fuera de España. Según Gallego, después de intentar distintos caminos, como favorecer la movilidad geográfica interna, trasladando las ofertas de empleo de una comunidad a otra o dirigirse a zonas con importantes bolsas de desempleo para ofrecer formación ocupacional. Esta última fracasó estrepitosamente: 'Menos del 10% de los formados acabaron el curso y se incorporaron a las empresas'.

En este sentido, grandes cadenas como VIPS, McDonald's, TelePizza o el Grupo Zena han puesto en marcha programas para seleccionar empleados extranjeros, con el compromiso de formarlos y con un plan de promoción. La presencia de éstos en el sector está creciendo de forma significativa en los últimos años y, aunque no hay estadísticas fiables, la patronal estima que uno de cada cinco trabajadores del sector nació en otro país.

'El entusiasmo de las empresas por la mano de obra inmigrante tiene más que ver con las condiciones de trabajo, con la temporalidad que con la escasez', asegura Fernando Medina, de CC OO, a quien no le consta el déficit de trabajadores anunciado esta semana por la FEHR y para quien el 'principal lastre [del sector] es la temporalidad'.