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La asociación que perdió el concurso sufrió un 'grave daño moral'

Asunción Manojo Ruiz, presidenta de Apansa, asegura que 'perder injustamente' el concurso del centro Castilla del Pino tuvo 'consecuencias muy graves' para su asociación. Creada por familias de discapacitados en 1981, esta asociación regentaba dos centros ocupacionales subvencionados por el Gobierno regional, con 100 usuarios. Con ese bagaje estaban convencidos de que el centro se lo adjudicarían a ellos. Pero se llevaron una sorpresa.

'Perder injustamente el concurso nos ocasionó un grave daño moral porque nos desprestigió y nos obligó a cerrar los talleres. Al abrirse el centro municipal adjudicado a ANDE, que era gratuito, perdimos las subvenciones y los usuarios', añade Manojo. La asociación sobrevivió y ahora regenta un centro de atención temprana y un piso tutelado.

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En los días calientes del conflicto, el presidente de ANDE, Fernando Martín, escribió a los socios de Apansa. En su misiva decía: 'El tiempo dejará en evidencia a quienes lo malgastan en inexplicables protestas que no buscan amparar a los verdaderos interesados, sino privilegios y prebendas que se creían sagradas e intocables'. Pero el tiempo ha mostrado otras cosas.

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