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Mueren dos pescadores al volcar su barco por el temporal

Los fallecidos son el patrón de un palangrero y su hija, que intentaban regresar al puerto de Getaria

El temporal jugó ayer una mala pasada a una familia de pescadores de Getaria. Benito Gil, de 65 años, y su hija I. Gil, de 30, murieron al volcar el barco en el que faenaban junto a otros dos miembros de la familia, cuando trataban de regresar al puerto de la localidad para resguardarse del temporal que azotaba la zona. No eran ningunos aficionados. Benito Gil y sus tres hijos -dos mujeres y un varón- han desafiado durante años al mar en busca de verdel y otras capturas con las que ganarse la vida.

La tragedia sucedió sobre las 11.15. Después de días con un tiempo casi primaveral, la lluvia y un viento racheado del noroeste, con fuerza 7 a 8, se ensañaba con la costa guipuzcoana. La familia Gil, que había salido a faenar en el San Antonio, un pequeño palangrero con sede en Getaria, se encontraba muy cerca de la costa y cuando advirtió el peligro trató de regresar a puerto para resguardarse de la tempestad. Pero no lo logró. El oleaje hizo volcar la embarcación y Gil y una de sus hijas fallecieron en el accidente.

Los otros dos miembros de la familia lograron salvarse gracias a la intervención del patrón del pesquero Mater, que contempló el momento del naufragio del San Antonio cuando conducía por la carretera de la costa. Inmediatamente se desplazó Getaria para informar del suceso. 'Si no lo llega a ser por él', dijo ayer el presidente de la Cofradía de Pescadores de Guipúzcoa, Esteban Olaizola, 'las consecuencias podían haber sido mucho más dramáticas'.

El dispositivo de salvamento se puso en marcha inmediatamente. Una docena de pescadores se embarcaron en el barco Castillo Anaiak para tratar de auxiliar a los tripulantes del San Antonio. No lograron avistar el palangrero, ya hundido. Pero sobre el agua vieron a dos de los hermanos en perfecto estado y dos cuerpos flotando, el de Benito Gil y el de una de sus hijas.

El pesquero los trasladó al muelle, donde esperaban los servicios sanitarios, que intentaron reanimarlos sin éxito. Habrá que esperar a los resultados de la autopsia para conocer la causa exacta de su muerte. Pero el presidente de la Cofradía de Getaria, José Mari Irigoyen, cree que no se ahogaron. 'En ese caso sus cuerpos se habrían hundido', dijo.

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