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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Boadella en el reino de los tuertos

Ocurre pocas veces que un programa de mano sea un panfleto político y que detecte, además, con sobrada agudeza, una realidad cultural que instaura el gobierno de ciegos voluntarios en un país de tuertos que miran para otra parte. La circunstancia ha sido el estreno de Ubú presidente o los últimos días de Pompeya, la última pieza de la trilogía de Els Joglars, a cuyo frente se sitúa un Boadella feroz (por lo del lobo). La pieza acaba de estrenarse en el teatro Victoria de Barcelona. Antes se habían presentado en el mismo teatro Daaalí y La increíble historia del Dr. Floit & Mr. Pla, dos rotundísimos éxitos de público.

Ubú presidente, que tuvo su primera versión en 1981 y fue retomada en 1995, tiene como objetivo de la crueldad satírica a Jordi Pujol y a esa forma de concebir Cataluña que se ha concretado en el pujolismo, una visión cargada de elementos kitsch que van desde la virgen de Montserrat al Barça, de Pau Casals a Montserrat Caballé. En la obra, Boadella no deja títere con cabeza, pero aún es más duro, quizá, en el programa de mano.

'Veinte años después ', escribe Boadella, 'pese a que el régimen se encuentra podrido por la decadencia, su política ha obtenido en cambio un éxito indiscutible en el terreno de la omertá cultural. De nuestros escenarios ha desaparecido todo rastro de parodia, sátira o comedia basado en el poder real, próximo y contemporáneo'. Y concluye: 'En Cataluña, la actitud de censura o ignorancia que el partido del Gobierno ha practicado sobre nuestra compañía, sirve de escarmiento público y ejemplo sobre los límites del gremio'. El castigo es 'tener las puertas cerradas a la televisión autonómica, a los teatros oficiales y a cualquier reconocimiento público'.

La omertá cultural no es sin embargo privativa del pujolismo. Ni tampoco es bueno reducirla, como lo hace Boadella, a la sátira. La pregunta más bien sería: ¿por qué el teatro que se practica en España se aleja tanto de la realidad? Tragedia, drama o comedia, el objeto nunca parece ser una mirada directa sobre nuestro entorno.

Esta omertá empieza probablemente en la transición (y en su actitud witgensteiniana: 'Sobre lo que no es dable hablar, mejor guardar silencio') y es responsable de que siga sin revisarse la historia de España. Apenas se vislumbra por ninguna parte una mirada incisiva. Y el castigo es peor del que anuncia Boadella. Es el silencio, el silencio de los corderos.

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