'No se valora cómo ha mejorado el marco de libertades en China'

Enrique Fanjul (Buenos Aires, 1951) participó ayer en el curso Asia oriental: civilización, economía y nuevas perspectivas, organizado por el Instituto Universitario Valentín de Foronda de Vitoria y que hoy clausura Camilo Barcia. Fanjul, director del Instituto Español de Relaciones Internacionales, ofreció una mirada reveladora sobre la nueva China, caracterizada por su pragmatismo diplomático, una visión comercial dominante, según quien fue también consejero de la Embajada en Pekín, en plena apertura democrática.

Pregunta. ¿Le sorprende la actitud de China ante el conflicto de Afganistan?

Respuesta. Sí, no cabe duda que su postura en este caso contrasta con la línea habitual seguida por China en contra de la intervención militar en otros países. Creo que uno de los motivos de esta moderación es por los problemas que tiene China de terrorismo musulmán en Xinquiang y en el Tíbet. Además, no hay que olvidar que en el año 2008 se celebrarán los Juegos Olímpicos [de Pekín], el segundo argumento en el mantenimiento de este papel neutral.

P. También habrá jugado un papel importante su dualidad económica.

R. China está viviendo un momento clave, con su integración en la Organización Mundial del Comercio, que le obliga a atender a la política exterior con prudencia para favorecer el desarrollo económico interior. En este sentido, China ha optado por su pragmatismo tradicional, porque en este momento no le interesa ningún conflcito. Recuérdese, por ejemplo, su postura en el asunto del avión espía [estadounidense].

P. Estas posturas no beligerantes no se viven en la política cotidiana.

R. Creo que no se tiene en cuenta lo suficiente cómo ha mejorado el marco de libertades en China en los últimos 20 años y, sobre todo, en el último decenio. Es cierto que el poder sigue dominado por el partido comunista y que existe una represión radical de la disidencia, pero también hay que reseñar que ésta es muy pequeña. En otros países con regímenes dictatoriales, la oposición ha mantenido una presión desde el exterior que ha hecho mella en el poder establecido. En China no ha habido movimientos internos, y los disidentes han desaparecido en el exilio.

P. Uno de los componentes en la transición a la democracia ha sido la presencia de las clases medias. ¿Cómo es en China?

R. En la actualidad, un 5% de la población pertenece a este estamento, sin pertenecer al aparato del partido. Es una clase profesional, prácticamente inexistente hace 15 años, pero que ahora suponen el motor de la nueva economía. Si tuviera que hacer un pronóstico, sí anunciaría una transición a un régimen democrático en China, obligada por esta clase emergente y por la propia economía de mercado.