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Reportaje:RAÍCES

Granada, generación XXI

Artistas jóvenes y prometedores se convierten en un nuevo empuje creativo mientras reivindican lo clásico

El nuevo siglo trae consigo nuevos aires en el arte, la literatura y la música que se caracterizan por la idea de que, sin tener por qué rechazar las vanguardias del siglo XX, también pueden volverse los ojos hacia todos los clásicos, de Góngora a Mahler, en la búsqueda de una voz personal. Es lo que reivindican en Granada los jóvenes creadores.

Apenas se conocen entre sí, pero es asombrosa la forma en que, desde su propia soledad, todos tienen mucho en común: viven en Granada, no llegan a los treinta años en la mayoría de los casos, ya han sido premiados por sus trabajos, dominan magistralmente la técnica en cada una de sus disciplinas y abogan por crear desde la reivindicación de lo clásico o de lo académico. Tienen como referentes a los clásicos, desde Goethe a Mahler o Brahms, pasando por Góngora o Lorca. Parecen, sin saberlo, formar parte de un movimiento en poesía, música, pintura, teatro o narrativa que está teniendo un enorme empuje en Granada. ¿Son la generación del siglo XXI?

Nombres como los de Joaquín Peña Toro o Alfonso Luque, en pintura; Enrique Rueda o Juan Miguel Hidalgo, en música; Andrés Neuman o Luis Melgarejo, en poesía, o Gracia Morales, en teatro, saltaron hace tiempo a las páginas de los periódicos, cuando apenas eran veinteañeros. Habían granado premios como el Hiperión, de poesía, el Moreno Esteo, de teatro, o la Orquesta Ciudad de Granada (OCG), una de las más prestigiosas del país, estrenaba sus obras. De unos años a esta parte, le han dado a la ciudad un nuevo giro, la sensación de ambiente bullicioso en lo que a creación se refiere. Y siempre desde la premisa de que, utilizando un lenguaje clásico -hiperrealismo en pintura, por ejemplo; o la armonía académica, en música- se pueden hacer obras absolutamente modernas. La fórmula parece haber funcionado.

'Tal vez eso no sea correcto', apunta Andrés Neuman (Buenos Aires, 1977), premio Hiperión de Poesía 1998, finalista del Premio Herralde de 1999. 'No es tanto volver a lo clásico y abandonar la vanguardia como tratar la vanguardia desde el punto de vista de que es sólo un eslabón más de una cadena. La vanguardia forma parte hoy de la historia también'.

'Goya o Beethoven', dice el compositor y pianista Juan Miguel Hidalgo (Granada, 1972) 'eran vanguardia en su tiempo. Iban años por delante. Hoy son clásicos. Al final lo que queda es si lo que hacían era bueno'.

' De lo que se trata ahora no es de ir rompiendo moldes', apunta Gracia Morales, (Motril, 1973), primer accésit del Premio Romero Esteo y Premio Marqués de Bradomín de este año, 'sino de seguir distinguiéndose, saliéndose de lo masivo, aun cuando uno se sirva de cánones clásicos. Cuando alguien busca su propio estilo, el resultado es siempre innovador'.

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Es esa visión personal la que ha hecho que cada uno de ellos haya buscado su inspiración en muchas fuentes, sin preocuparse demasiado si están oficialmente de moda o no. '¿Qué más da Giotto o Balthus?', se pregunta el pintor Joaquín Peña-Toro (Granada, 1974), uno de los pocos artistas de la ciudad que estuvo representado en la última muestra de ARCO. 'Lo importante es la forma en que comunican cosas. La tendencia general del siglo XX ha sido quizá la de escandalizar y sorprender. Pero hoy ya nada escandaliza. Quizá lo que empieza a valorarse es la calidad desde unas referencias comunes'. Como él piensa otro pintor, Alfonso Luque. Ambos son un brillantísimo exponente del hiperrealismo granadino: 'El romper todo lo anterior, no reconocer las reglas, las tradiciones, llevó al todo vale. Ahora quizá hay un punto de reflexión sobre eso'.

Ninguno niega la evolución artística del siglo XX. Enrique Rueda, otro compositor a quien la OCG le ha encargado varias obras, y que está despuntando como uno de los genios musicales actuales, es conciliador. 'Hay muchas cosas buenas en la música contemporánea, en la música del siglo XX. Y hay que saber aprovecharlas'.

¿Se consideran generación? Ellos creen que no, aunque tienen ideas afines, dicen. ¿Y tiene Granada algo que ver en eso? 'Granada tiene una cruz que es su propio mito', dice Hidalgo. 'En Granada es peligroso escribir poesía', dice Neuman. 'Granada puede ser una trampa para un pintor', dice Luque. 'Sí, Granada influye', dice alguien.

En primer término, Peña Toro y Luque. Tras ellos, Hidalgo, Neuman y Morales. De pie, Rueda.
En primer término, Peña Toro y Luque. Tras ellos, Hidalgo, Neuman y Morales. De pie, Rueda.M. DE LA CRUZ

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