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UNIVERSIDAD

El 54% del personal de Administración de la UPV ocupa su puesto de forma temporal

Cada trabajador del PAS atiende casi al doble de alumnos que la media española

Una de cada dos personas (en concreto, el 54%) que trabajan en el área de Administración y Servicios de la Universidad del País Vasco (UPV) no disfruta de un contrato estable. A esta incertidumbre se suma la escasez de la plantilla, cuyo número, en proporción con el de alumnos y profesores, se halla muy por debajo de la media española. El rector de la UPV, Manuel Montero, reconoce la existencia de este problema y añade que 'se está estudiando una solución'. Los sindicatos, mientras, critican la falta de actuaciones concretas desde los órganos de gobierno.

Inestabilidad es la etiqueta que arrastran 713 de los 1.312 trabajadores que integran el Personal de Administración y Servicios (PAS) de la UPV. Un total de 400 funcionarios interinos, 303 laborales temporales y 10 eventuales de la universidad pública vasca desconocen, o saben demasiado bien, cuánto tiempo permanecerán en el puesto que ocupan, algo que los sindicatos presentes en la UPV (CCOO, STEE-EILAS, ELA, FETE-UGT y LAB) consideran inaceptable. 'Somos los grandes olvidados de la universidad', se lamenta Mikel Labeaga, miembro del PAS y representante de STEE-EILAS.

La última Oferta Pública de Empleo (OPE) puesta en marcha por la universidad pública se remonta a hace 12 años, lo que ha derivado en buena medida en esa situación de precariedad. 'Desde 1989 no hay una OPE para el Personal de Administración y Servicios. En 1995 se convocó una, pero se interpuso un recurso y está suspendida de manera cautelar, suspendida, pero no anulada. Esto supone un obstáculo para organizar una nueva. Se quiere organizar una, pero no se sabe cómo, ya que hay una laguna jurídica aún no resuelta', señalan fuentes de ELA.

Para Marisa Celaá, de Comisiones Obreras, sindicato mayoritario en la UPV, está claro de quién es la responsabilidad de esta falta de estabilidad laboral. 'La culpa la tiene la Universidad y la propia Ley de Función Pública, que no exige una OPE anual. Esto provoca que la universidad se gestione como una empresa privada. Si se sigue así, va a llegar un momento en el que no se pueda acceder a un puesto público', critica.

De hecho, según señala Marisa Uriarte, de FETE-UGT, cada vez es mayor la utilización por parte de los gestores universitarios de la fórmula de contratación por obra o por comisión de servicios, con el aumento de la precariedad que ello supone. 'Hay cerca de 250 personas en esa situación, y es ilegal. Algunas incluso llevan siete años con esa fórmula', se indica desde ELA.

Escasez de personal

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Pese a su importancia, ésta no es, sin embargo, la única carencia que sufre el PAS en la universidad pública. A la inestabilidad hay que añadir la escasez de personal de administración y servicios con el que cuenta la institución educativa. Según datos presentados por la propia universidad en el Plan de Adecuación del PAS, la situación se halla muy por debajo de la media española, tanto en la proporción entre trabajadores administrativos y de servicios y profesores como entre aquéllos y los alumnos. Si la media de las universidades españolas es de 36,5 alumnos y 2,13 profesores por cada trabajador administrativo, la de la UPV es de 63,1 y de 3,17, respectivamente.

El Rectorado, por boca de su máximo representante, Manuel Montero, no oculta la existencia de este desequilibrio. Montero insiste en que la voluntad de su equipo es solucionar estas deficiencias a lo largo de su mandato. 'Comparto la preocupación de los sindicatos. En el caso de los PAS hay un problema estructural. Su número es escaso y hay que aumentarlo sustancialmente. Es verdad también que hay que regularizar y estabilizar la situación de parte de nuestro personal. Y estamos trabajando en ello', argumenta.

Su equipo quiere lograr a lo largo de su mandato un objetivo que él mismo se impuso en su programa electoral. 'Así lo señalamos entonces y ésa sigue siendo nuestra intención. No obstante, también es verdad que no es una tarea fácil. Nos gustaría tener una varita mágica, pero su solución requiere el apoyo de todos y estudiar las mejores vías. Y lo estamos haciendo', recalca el rector.

Pese a ello, los sindicatos se muestran, en líneas generales, bastante críticos con los pasos dados hasta ahora por Montero. 'En su programa electoral aseguraban que iban a atender al PAS, pero no ha sido cierto. Existe una absoluta carencia de atención, pero no sólo de este equipo rectoral, sino también de los anteriores', subraya Mikel Labeaga.

Para este representante de STEE-EILAS, dicha falta de atención a las reclamaciones del personal de administración supone un déficit crónico. 'La gestión de la universidad corresponde a un equipo formado por profesores. Por tanto, a los PAS no se nos suele hacer mucho caso; se atiende más a las necesidades de los profesores', se queja.

Desde Comisiones Obreras, las quejas apuntan también hacia el poco interés que, a su juicio, está dedicando el gobierno de la universidad pública vasca a este asunto. 'En el Rectorado hay mucha inoperancia. Se hacen muchos preparativos, pero la solución se demora una y otra vez. En mi opinión, existe cierta desidia', opina Marisa Celaá.

Labores esenciales bajo una misma sigla

Para la inmensa mayoría de los alumnos que estudian en alguno de los tres campus de la Universidad del País Vasco (UPV), las siglas utilizadas para referirse al Personal de Administración y Servicios, el PAS, no significan nada. Sin embargo, todos los días tienen contacto con alguna de las personas que realiza una de las múltiples y dispares labores encuadradas bajo ese nombre. Desde los bedeles que trabajan en los edificios de cada uno de los complejos universitarios hasta los técnicos de los laboratorios, pasando por las personas encargadas del cuidado de las bibliotecas, todos son elementos necesarios para lograr que el funcionamiento del complejo entramado universitario, de su día a día, sea una realidad. 'Los PAS son la estructura, la intendencia de la universidad y de cada una de sus instalaciones', explica Marisa Celaá, representante de Comisiones Obreras en la universidad pública vasca. Su trabajo suele pasar desapercibido, pese a su importancia. 'Si no existiera un buen servicio de PAS, muchos días la universidad no podría abrir sus puertas. Es verdad que no tienen el rango de los profesores, sin los cuales la universidad no tiene razón de ser, pero su importancia sigue siendo grande', añade. Es por ello que Celaá insiste en la necesidad de que la UPV cuente con un plantilla de PAS adecuada y bien preparada. 'La demanda de servicios se cumple aceptablemente, pero el Rectorado tiene que pensar que la universidad pública debe estar por delante de la demanda y que se debe guiar tanto por criterios cuantitativos como cualitativos'.

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