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Aulas

El 23,2% de los alumnos de secundaria cree que la presencia de inmigrantes es negativa

Ni uno solo de los estudiantes almerienses encuestados considera positiva la inmigración

Los alumnos andaluces tienen una visión bastante negativa de la inmigración y se dejan llevar por prejuicios y estereotipos pese a que, en su mayoría, reconocen no haberse relacionado nunca con extranjeros llegados a España. Son algunos de los resultados del trabajo La educación intercultural dirigida por dos profesores de Antropología Social de la Universidad de Almería, Francisco Checa y Ángeles Arjona. El trabajo de campo ha consistido en la realización de encuestas a 1.485 alumnos de casi 20 centros de secundaria de Andalucía. Los alumnos fueron encuestados entre los meses de enero a marzo de 2001, mucho antes de que de se produjese el ataque terrorista contra el World Trade Center de Nueva York. Los datos obtenidos ofrecen una conclusión bastante pesimista sobre las posibilidades reales de la implantación de la interculturalidad a corto plazo.

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Un 23,2% de los alumnos andaluces de secundaria cree que la presencia de inmigrantes es un hecho negativo. Sin embargo, más del 51% reconoce no haberse relacionado nunca con un inmigrante.

Este trabajo es un capítulo de un amplio proyecto sobre la situación actual de la inmigración en Andalucía que ha sido encargado por el Consejo Económico y Social (CES) y en el que participan unos 25 investigadores de la mayoría de las universidades andaluzas y de la Universidad de Barcelona, así como expertos que no están adscritos a ningún institución académica.

El objetivo era determinar el papel de la educación intercultural en el proceso de eliminación del llamado 'choque cultural'. Para ello, durante tres meses, fueron entrevistados casi 1.500 alumnos de una veintena de centros de educación secundaria de las ocho provincias.

Se escogieron institutos, públicos y privados, donde hay alumnos inmigrantes y otros donde no los hay. Además, en Almería también se preguntó a alumnos universitarios con el objeto de analizar si las respuestas cambiaban cuando el nivel de formación es mayor.

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Las encuestas incluían una serie de preguntas con las que se ha intentado descubrir cuáles son los principales elementos que provocan mayor 'choque cultural'. La cuestión de partida era conocer la valoración que los estudiantes andaluces tienen de la inmigración. El resultado no es nada halagüeño. Si se atiende a los datos por provincias, resulta demoledor.

Ése es el caso de Almería, donde ni uno solo de los 631 alumnos encuestado s (271 eran universitarios) considera positiva la inmigración. De hecho, el 39,9% de los alumnos almerienses encuestados -un porcentaje ampliamente superior al obtenido en el resto de provincias- cree que la inmigración es negativa. 'A mí estos datos me reafirman la idea que ya tenía desde hace años y es que necesitamos reeducar a toda la sociedad. Es un proceso en el que los inmigrantes no deben permanecer ajenos, porque no son sujetos pasivos. Pero las infraestructuras para una educación intercultural actualmente son nulas', explica el profesor de Antropología Social y director del trabajo, Francisco Checa.

Su colega, Ángeles Arjona, se resiste a caer en el pesimismo, pero reconoce que 'hoy hay una juventud más dura, sin ganas de formarse ni de informarse'. En ese sentido, los autores del estudio se muestran muy preocupados por la imagen de la inmigración que transmiten los medios de comunicación. Aseguran que no ofrecen una visión neutral y los responsabilizan de generar una opinión negativa a través de estereotipos y prejuicios. 'La imagen del exterior se transporta a las aulas y actúa como freno para el acercamiento interétnico. Lo que transmiten los estudiantes con sus respuestas es fruto de su entorno y ahí influye la familia, los amigos, los medios de comunicación...'.

El trabajo de campo de la investigación dirigida por Francisco Checa y Ángeles Arjona ha estado coordinado por Juan Carlos Checa y ha sido realizado por Estefanía Acién, Nuria Bejarano, Nina Martín, Aurora Casado y David Callejón.

Los comportamientos y actitudes de los inmigrantes, su religión, gastronomía, idioma, forma de vestir o la pobreza constituyen, en mayor o menor medida, elementos considerados como negativos por gran parte de los encuestados. Y son los magrebíes los que mayor 'choque cultural' provocan a los estudiantes cuando se les pregunta por alguno de esos aspectos.

El trabajo recoge la opinión sobre distintos colectivos: europeos comunitarios, norteamericanos, europeos del Este, sudamericanos, centroafricanos y magrebíes. Los resultados son sorprendentes. Los alumnos reconocen que les provocan menos choque cultural los europeos del Este que los sudamericanos. Justifican sus respuestas afirmando que los europeos del Este tienen una visión de progreso y desarrollo similar a la española. En cambio los países latinoamericanos mantienen situaciones de pobreza endémica y tienen un camino más tortuoso para alcanzar el desarrollo económico.

¿Cambios o asimilación?

Para alcanzar una convivencia pacífica y sin 'choque cultural' tanto inmigrantes como población autóctona deben cambiar algunos de sus comportamientos. Eso es lo que opinan el 70% de los alumnos encuestados. Pero, ¿qué tendrían que cambiar unos y otros?. Según los estudiantes andaluces, los inmigrantes deben 'aceptar nuestras costumbres y leyes, ser más sociables, conseguir la legalización, aprender nuestro idioma, evitar conductas delictivas, ser humildes, menos machistas y menos religiosos, evitar el hacinamiento, beber menos, ser más participativos y cuidar más la higiene y el vestuario'. Cuando se pregunta que debería cambiar la población autóctona, el porcentaje más alto de respuestas es el de aquellos que creen que 'no habría que cambiar nada'. Después están los que consideran que 'debería de haber mayor tolerancia, evitar conductas racistas y xenófobas, comprender las culturas de los inmigrantes, mostrar mayor solidaridad y garantizar los derechos humanos'. La conclusión de los responsables del estudio ante estas respuestas es que, mientras que a los inmigrantes se le exigen modificaciones concretas, 'los cambios que deben acatar los autóctonos se traducen más en un decálogo de buenas intenciones y buenos comportamientos que en hechos concretos'. Según recoge el estudio, 'el autóctono percibe el choque cultural desde la conciencia de saberse miembro de la cultura mayoritaria. Exigen cambios concretos en los inmigrantes y ven la integración social como un proceso que corresponde exclusivamente a los inmigrantes. El grupo mayoritario apenas debe acercarse hacia los extranjeros. Lo que verdaderamente se pretende es una asimilación'.

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