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El TNC presenta 'Ganivets a les gallines', un drama rural del escocés David Harrower

La obra, dirigida por Antonio Simón, se estrena el próximo jueves

Tres personajes, tres modos de entender la vida, protagonizan Ganivets a les gallines, un drama rural dirigido por Antonio Simón que se estrena el jueves en la Sala Tallers del Teatre Nacional de Catalunya. Escrita en 1995 por encargo del Traverse Theatre de Edimburgo, es el primer texto dramático del escocés David Harrower (1966). Para sorpresa del autor, como él mismo confesó ayer en Barcelona, la pieza recibió una excelente acogida, se ha estrenado en una veintena de países y ha servido para reconciliar al público escocés con el teatro local.

Ganivets a les gallines está interpretada por Àurea Márquez, Pep Cortés y Francesc Garrido, y su traducción al catalán lleva la firma de Salvador Oliva. La pieza está situada en la Escocia rural de principios del siglo XVIII. Un campesino estrechamente ligado a la naturaleza, especialmente a sus caballos (la gente del pueblo le conoce como Pony William), mantiene plena coherencia con las supersticiones y normas atávicas de la sociedad en la que vive. Dios, el paisaje y las leyes no escritas guían la conducta del labriego, que es analfabeto, como su joven y sensible esposa. Pero un molinero con inquietudes intelectuales, tratado como un apestado por todo el pueblo, alterará la vida del matrimonio. Estimulada por el molinero, la mujer verá despertar sus ansias de conocimiento. A medida que aprenda a escribir y a leer descubrirá que su dominio del lenguaje le permite ampliar su reducido mundo, que progresivamente dejará de reconocer como propio.

Para su director, es importante señalar que la obra va más allá del mero drama rural, porque Ganivets a les gallines está atravesada por elementos poéticos y filosóficos. Así, apunta que en realidad el mundo que habitan los personajes 'es mental, mítico'. 'Los tres', añade, 'están inmersos en una forma de vida que les lleva a plantearse muchas cosas'. A juicio de Simón, la pieza debe entenderse como 'una fábula que habla del proceso de transformación de una mujer analfabeta a la que le ha tocado vivir en un pozo negro'. Simón, cuya trayectoria profesional está muy vinculada a las salas alternativas, confiesa haberse sentido muy impresionado por el texto de Harrower, en un doble sentido: por su hermosura y por la originalidad del tema que plantea en relación con las tendencias de la dramaturgia actual. 'Me sorprendió que un autor contemporáneo se atreviera a hacer una obra en la que se habla de Dios, de la naturaleza, del lenguaje, y no se habla de drogas'.

Para Harrower, la excelente acogida a su primera obra es toda una sorpresa porque cuando la escribió 'el teatro escocés estaba en una situación muy precaria'. Ganivets a les gallines se representará hasta el 11 de noviembre.

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