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Séptima jornada consecutiva de sabotajes en el País Vasco

La explosión de un artefacto en una oficina bancaria de Oiartzun (Guipúzcoa) convirtió el día de ayer en la séptima jornada de incidentes y sabotajes de violencia callejera tras la muerte, el pasado 24 de julio, de la activista de ETA Olaia Castresana en un apartamento en Torrevieja (Alicante) mientras manipulaba la bomba que preparaba.

Los daños materiales que provocó la deflagración en la sucursal del BSCH fueron de poca importancia. La explosión, que originó un pequeño incendio, se registró alrededor de las 3.20 horas. La Ertzaintza (policía vasca) aseguró que el artefacto estaba compuesto por material pirotécnico y gasolina, así como por dos bombonas de cámping-gas que no llegaron a explotar.

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También se produjo un intento de sabotaje en San Sebastián. Un particular dio aviso sobre las 6.30 a la Ertzaintza de la existencia de un paquete sospechoso en la sede de la Delegación de Tráfico del Gobierno autónomo, ubicada en la calle de San Marcial. Tras acordonar la zona, expertos en explosivos de la Ertzaintza neutralizaron el paquete y comprobaron que contenía un artefacto similar al anterior, aunque sin bombonas de gas. La víspera, seis encapuchados habían quemado un autobús en Rentería (Guipúzcoa) y desconocidos quemaron la estación de Renfe de Trapaga (Vizcaya).

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