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La policía investiga desde hace 10 meses la desaparición de una mujer en Aldea del Fresno

Un centenar de vecinos se manifestaron para pedir el rápido esclarecimiento del 'asesinato'

F. Javier Barroso

Alrededor de 100 personas se manifestaron ayer en Aldea del Fresno para pedir un rápido esclarecimiento de la desaparición de María Soledad de Gracia. Su familia sospecha que ha sido asesinada y enterrada cerca del pueblo. La manifestación, que transcurrió sin incidentes, comenzó a las 12.30 en la calle donde vivía De Gracia y terminó en la plaza del Ayuntamiento. Dos pancartas en las que se leía 'Queremos que aparezca el cuerpo de Marisol y que se condene a sus asesinos' y 'Asesinos a la cárcel' encabezaban la marcha.

La hermana de la desaparecida, María Dolores, señaló que no hay pistas que permitan 'esclarecer el asesinato de Marisol'. Según María Dolores, existen 'muchas incógnitas' y todas apuntan a que fue su cuñado, Carlos Hernández Bajo, 'el que la mató'. 'Cuando se ha abierto el secreto del sumario nos hemos enterado de que, un mes antes de la desaparición de mi hermana, mi cuñado compró un saco y medio de ácido en una droguería. Ahora la policía tendrá que averiguar qué clase de ácido era y para qué lo utilizó', añade.

Cadáver en Ávila

Según María Dolores, el pasado viernes fue hallado un cadáver descuartizado en Sotillo de la Adrada (Ávila), cuyas características físicas coinciden, al menos en parte, con las de María Soledad. El cuerpo encontrado dentro de una maleta a unos 35 kilómetros de Aldea del Fresno corresponde a una mujer rubia, de unos 40 años, que podría haber sido asesinada hace meses. 'Quiero ir cuanto antes a donde esté el cadáver y ver si se trata de mi hermana. Sólo así se acabará el sufrimiento que padecemos desde hace meses por culpa de mi cuñado, que la ha matado y la ha escondido, y de mis sobrinos, que son sus cómplices', afirma María Dolores.

El misterio que rodea el caso empezó sobre las once de la noche del viernes 15 de septiembre pasado, cuando María Soledad de Gracia regresó de trabajar en una residencia de ancianos. Según su marido, Carlos Hernández, dejó que se cambiara de ropa y que uno de sus dos hijos, que se encontraba en el chalé, se marchara con sus amigos. 'Le dije que desapareciera de mi casa y que no la quería ver más en mi vida. Yo estuve muy tranquilo en todo momento y se lo dije sin que hubiera enfado ni discusiones', asegura el esposo de la desaparecida.

María Soledad se cambió, cogió una maleta con ropa y se marchó en el Rover de color rojo que conducía. Se dejó objetos muy significativos como el teléfono móvil, su agenda y la mayoría de sus joyas. Carlos Hernández asegura que fue la última vez que la vio. 'Al ser tan tarde, yo pensé que se había marchado al piso de Madrid [en el barrio de Campamento], por lo que no me preocupé por ella', mantiene el marido.

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La voz de alarma surgió el domingo siguiente, cuando llamaron de la residencia de ancianos, que pertenece a la familia del marido, y le dijeron a éste que su esposa, que trabajaba como gobernanta, no se había presentado. El lunes denunció su desaparición en la comisaría de Latina. Antes acudió a su casa de Campamento y comprobó que el coche estaba aparcado en la puerta de la casa. 'Esperé tres días porque es el tiempo que se necesita para considerar que una persona ha desaparecido', explica el marido.

Las Brigadas de Policía Judicial y Científica iniciaron las investigaciones por si se tratara de un homicidio. Rastrearon tanto la casa y el coche como el barrio de Campamento. Además, registraron el chalé de Aldea del Fresno, pero no descubrieron nada. Hernández reconoce que la relación con su esposa no era 'nada buena', ya que había bastantes cosas que él no llegaba a entender. Afirma que ella se marchó tres o cuatro veces sin explicarle dónde iba. También asegura que le faltaban grandes cantidades de dinero en la caja fuerte que tiene en su casa de Campamento. 'Yo preparé poco a poco todo para que, cuando ella se fuera, no se quedara con mi patrimonio, ya que es muy alto y lo he conseguido durante toda mi vida. Le iba dando documentos para que firmara sin que se diera cuenta de lo que hacía', mantiene el esposo. Hernández, bombero y constructor de profesión, se ha personado en el caso como acusación particular.

La versión que mantiene la hermana de la víctima, María Dolores, es bien distinta. Dice con rotundidad que su cuñado 'ha matado a Marisol', que ha tenido algún cómplice en el pueblo, pero que nadie quiere denunciarlo por miedo a las represalias. 'Los Hernández son los caciques del pueblo y la gente sabe muchas cosas, pero les da pánico por lo que puedan hacer. Carlos y sus hermanos manejan como quieren a todo Aldea', afirma María Dolores.

La hermana de la desaparecida asegura que la primera que comentó que pretendía separarse de mutuo acuerdo fue María Soledad, y que lo hizo en las fiestas de Aldea, en junio de 2000. Ella mantenía una relación extramatrimonial desde hacía siete años. 'No tengo ninguna esperanza de que aparezca viva. La próxima vez que vea a mi hermana estará o descuartizada o envuelta en una bolsa de basura', afirma.

María Soledad mide 1,65 y pesa unos 60 kilos. Es de complexión normal, con el pelo rubio liso y ojos claros. Al abogado de la hermana, Juan Luna, le 'resulta muy extraño que en estos meses no haya sacado dinero de ninguna de sus cuentas ni que se haya puesto en contacto con su hermana, con la que se llevaba muy bien. 'Todo induce a pensar que la han asesinado. Ahora hace falta saber dónde está', agrega.

Luna tiene previsto solicitar al juzgado de Navalcarnero un careo entre los hijos de la desaparecida y Carlos Hernández. 'Mis sobrinos [de 18 y 21 años] lo saben todo y se están callando ante el temor de lo que les pueda pasar', afirma María Dolores, 'pero lo que deben tener claro en el pueblo es que los encubridores de un asesinato también van a la cárcel'.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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