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Quejas por la pasividad de Marruecos

'¿Quién nos podrá hacer creer que es imposible identificar a las embarcaciones que alimentan ese tráfico odioso? Cuando se conoce la excelente organización de los servicios del Estado hasta en los lugares más remotos del reino, resulta inimaginable que las pateras zarpen sin las complicidades oportunas logradas mediante prácticas corruptas'.

La Nouvelle Tribune, un semanario marroquí nada sospechoso de hostilidad hacia el poder, se atrevió esta semana a denunciar en su editorial algo que es un secreto a voces al sur del Estrecho: la pasividad de las fuerzas de seguridad ante la emigración ilegal, de magrebíes y subsaharianos, hacia España, que este año batirá probablemente un nuevo récord. Enrique Fernández Miranda, el delegado del Gobierno para la extranjería, prevé que unas 20.000 personas llegarán a las costas españolas en embarcaciones de fortuna.

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Las oleadas de inmigrantes han desbordado los medios de vigilancia y acogida en el Estrecho

Las autoridades marroquíes niegan que permanezcan de brazos cruzados. El ministro del Interior, Ahmed Midaui, explicó en diciembre pasado ante la Cámara de Consejeros (Senado) que, con la ayuda del Ejército, dedicaba hasta 100.000 hombres y cuantiosos medios materiales, que incluían aviones, al control de los 3.000 kilómetros de costas marroquíes. El resultado no se corresponde con ese supuesto despliegue.

Bajo cuerda, algunos responsables reconocen que la emigración de marroquíes es una fuente de divisas importantísima para la maltrecha economía del reino y una válvula de escape que reduce tensiones sociales. En cuanto a los subsaharianos que emigran a partir de Marruecos, es preferible que se marchen cuanto antes y no vuelvan.

Por eso Rabat sólo aplica parcialmente el convenio de readmisión firmado en 1992 con España: sólo acepta que le sean devueltos sus súbditos y rechaza al resto porque las autoridades españolas no pueden demostrar con pasajes o pasaportes sellados que zarparon de Marruecos. '¿Desde cuando los patronos de pateras dan billetes?', se pregunta un diplomático.

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Desacuerdo

La Comisión Europea intenta rebajar dramatismo desde Bruselas al flujo de inmigrantes de los últimos días, informa Sandro Pozzi. Pero también deja claro que, si en la actualidad no existen medidas legislativas concretas para hacer frente a la inmigración ilegal, es porque los Estados miembros son incapaces de ponerse de acuerdo sobre las propuestas sobre la mesa en el Consejo de ministros de Justicia e Interior.

La otra vía de actuación que tiene la UE es a través de los programas de cooperación con Marruecos y de readmisión con terceros países que Bruselas debe negociar.

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