De la calle del Turco
Soy un admirador de Moncho Alpuente, maestro en sus estupendos y simpáticos reportajes, no sólo de los rincones de Madrid, que yo acostumbro a frecuentar, sino de algunos pueblos de nuestra Comunidad. Desde aquí le dedico mi más profundo respeto por su prosa desenfadada y un tanto irónica, que tanto me agrada. Por todo lo que antecede, me he sentido hoy no solamente perplejo, sino también un tanto desilusionado con el artículo al que hago referencia.
La actual calle de Prim, que está detrás de lo que fue el Ministerio de la Guerra y de la actual sede de la Organización Nacional de Ciegos, ONCE, no tiene absolutamente nada que ver con la llamada antiguamente calle del Turco, que fue denominada así porque en una de sus casas se hospedaba un embajador del país otomano, donde, aquí sí, se produjo el asesinato de Prim, y que hoy se llama Marqués de Cubas, nombre que exhibe desde el 1 de junio de 1900.