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Un incendio causado por un soplete arrasa el Palacio de los Deportes

La capital pierde su único pabellón multiusos, que fue construido hace 40 años

Dos sucesos casi simultáneos sobresaltaron a primera hora de ayer a los vecinos de Madrid: un incendio desatado sobre las 8.10 que arrasó el Palacio de los Deportes y, 20 minutos después, la explosión de una bomba de ETA en la calle de López de Hoyos. El Ayuntamiento, propietario del pabellón, no ha evaluado los daños del incendio, aunque éstos son multimillonarios. 'Un palacio así cuesta miles de millones y los daños son muy cuantiosos', reconoció el alcalde, José María Álvarez del Manzano.

El incendio del Palacio de los Deportes, en la plaza de Salvador Dalí (distrito de Salamanca), fue ocasionado, según fuentes de la Dirección General de Deportes, por un operario que, provisto de un soplete, colocaba parches de tela asfáltica en la techumbre para eliminar unas goteras. La techumbre se quemó y se derrumbó unos 40 minutos después sobre las gradas, la pista de baloncesto y el velódromo. También se abatió sobre un escenario que se había acabado de montar el día anterior para Riverdance, considerado por sus promotores el espectáculo de danza más grande del mundo y que se iba a estrenar en el pabellón anoche. Una inmensa nube de humo ensombreció gran parte de la ciudad durante dos horas.

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Tres operarios de la empresa Ipama, con sede en la calle de Vital Aza, trabajaban sobre la cubierta del Palacio de los Deportes, construido hace 40 años. La Comunidad les había contratado por 4,5 millones de pesetas para que acabaran con las goteras.

Uno de los trabajadores, ayudado por un soplete, pegaba una lámina asfáltica a los paneles de aluminio de la cubierta, de una hectárea de extensión. El operario se resbaló, se le cayó el soplete y la llama comenzó a quemar la capa de madera y tela que recubre la parte interna de la techumbre del pabellón, el único multiusos existente en la capital.

El fuego se propagó con inusitada rapidez por la parte interior de la techumbre. Los operarios de Ipama alertaron a los empleados de la Comunidad que trabajan en el pabellón y los funcionarios avisaron al teléfono de emergencias 112 a las 8.10, mientras uno de ellos subía al tejado con un extintor para tratar de apagar las llamas. No lo consiguió.

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Cuatro camiones de los bomberos llegaron al lugar del siniestro a los pocos minutos. El funcionario que guió a los bomberos por el interior del pabellón hasta la zona del techo donde comenzó el fuego sufrió una intoxicación por humo y fue trasladado por el Samur 092 al hospital Ramón y Cajal. Su pronóstico es leve, según el servicio municipal de urgencias.

Los bomberos intentaron sofocar las llamas subiendo con una escala al techo del pabellón. No tuvieron tiempo. El fuego se había extendido por gran parte de la techumbre, debilitando las vigas de sujeción.

Como consecuencia del colapso causado por el humo y el calor, la cúpula se derrumbó con gran estruendo minutos antes de las 9.00. El sargento de los bomberos Ángel Ramírez Pintado, de 42 años, estaba en pie sobre la cubierta cuando el techo se vino abajo. Ramírez se precipitó contra las gradas desde una altura de cuatro metros. Sufrió un traumatismo torácico y un fuerte golpe en una rodilla.

'La cubierta del pabellón desapareció haciendo un ruido terrible. Luego salió una gigantesca nube de humo, en forma de hongo, como la famosa imagen de la bomba atómica de Hiroshima. Y comenzaron a salir muchas llamas', comentó, aún asustada, Alicia, otra vecina de la zona.

El pabellón quedó destruido, aunque permanece en pie la estructura perimetral de hormigón. El fuego derritió las butacas de plástico y calcinó el suelo, de planchas de madera. Los bomberos desplegaron todos sus efectivos disponibles: 40 dotaciones y 139 bomberos. Rompieron las ventanas para meter las mangueras por los flancos.

El incendio fue controlado hacia las diez de la mañana. La pista quedó cubierta por un amasijo de planchas metálicas, hierros y otros materiales, entre los que aún ardían rescoldos del fuego. Los bomberos tenían grandes dificultades para caminar y extender las mangueras por entre las planchas metálicas. A golpe de hacha y con sierras eléctricas cortaban las planchas para meter los chorros de agua y enfriar las placas.

'La que hemos montado' Agentes de la Brigada de Policía Judicial acudieron al palacio para interrogar a los tres operarios de Ipama que supuestamente provocaron el siniestro. Los trabajadores admitieron que fue un fallo en el uso de un soplete lo que desató el fuego, según fuentes de la Comunidad. '¡Venid, venid corriendo! Mirad la que hemos montado', le dijeron a los funcionarios del Gobierno regional que trabajan en el pabellón, según esas fuentes.

Este siniestro recuerda a otro similar ocurrido el 16 de junio de 2000 en Las Rozas, donde 16 chalés de la urbanización Triángulo resultaron destruidos. En esa ocasión, el origen del incendio fue también un soplete manejado por un operario que pegaba tela asfáltica.

El alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, visitó el recinto poco después de las 10.00 y, al contemplar los destrozos, afirmó con desolación: 'Esto es lo que se llama un siniestro total'. Le acompañaban el ex primer teniente de alcalde y secretario de Estado del Deporte, Juan Antonio Gómez Angulo, y la viceconsejera de Promoción y Patrimonio Histórico, Rosa Basante.

Paloma Casado, vecina de un bloque del número 2 de la calle de Antonia Mercé, funcionaria de la Seguridad Social, recordaba: 'Tuve que salir en zapatillas a la calle cuando los bomberos me dijeron que desalojara el bloque porque la azotea se estaba quemando'.

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