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El Salón del Automóvil cierra la peor edición de los últimos años

La presencia muy menguada de altos directivos internacionales del sector registró algunas excepciones positivas. Una de ellas fue la de José Manuel Carmona, primer ejecutivo de Ford, que rompió el tono general de pesimismo al anunciar que su marca saltará en breve desde la cuota actual del 8,5% del mercado español al 10%.

Roberto Testone, consejero delegado de Fiat, recibió al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en su propio pabellón con la intención de reforzar la imagen del salón frente al resto de importadores de coches agrupados en la patronal Aniacam. Fiat -con sus marcas Lancia y Alfa Romeo- y la japonesa Honda decidieron finalmente acudir a Barcelona en contra de Aniacam.El comité organizador del salón señaló ayer que, tras sus gestiones, había conseguido la participación en la feria de 'otras dos marcas importadoras, como Mazda e Isuzu'. Sin embargo, lo cierto es que Mazda está englobada en el grupo General Motors, que fabrica en España, mientras que Isuzu forma parte de Ford, que tiene en la factoría valenciana de Almusafes uno de los puntales de su fabricación europea. General Motors y Ford pertenecen a la patronal Anfac, cuya intransigencia a la hora de ceder metros en los pabellones de Montjuïc para los importadores motivó la espantada de Aniacam.

Otro efecto negativo que dejará tras de sí esta edición del salón es el abandono del mismo por la industria auxiliar. La presencia de algunas marcas locales que operan en la cuenca del Baix Llobregat, en torno a la factoría Seat de Martorell, fue escasa. En todo caso, en esta 31ª edición del salón, lo más representativo de la industria auxiliar han sido los equipos de audio y la telefonía del automóvil, el llamado car audio.

El grueso del sector auxiliar europeo hace ya bastantes años que no participa en el salón de Barcelona, y en cambio se concentra cada vez más en ferias especializadas como Motor T de Madrid y Autoequip de París.

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No estaban los carismáticos Ferrari, Porsche o Rolls Royce, y los visitantes también han echado de menos los modelos más asequibles pero que marcan tendencias, como el BMW Serie 3 Compact, el pequeño Jaguar X-Type, el Jeep Cherokee o el nuevo Mini producido por BMW.

Los grandes fabricantes suelen decir que las ferias son el envoltorio del sector, tanto en el aspecto tecnológico como en el de los diseños de las carrocerías. Pero Barcelona ha sido esta vez un escaparate mal surtido. La muestra de modelos de competición, una de las más esperadas por el público que visita la feria, fue la más reducida de la historia de este salón. Componían su disminuido elenco un BAR-Honda, un Jordan y el viejo Arrows utilizado por Pedro Martínez de la Rosa el año pasado, así como los Peugeot y Citröen del Mundial de rallies y el Seat Córdoba WRC.

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