El presidente madrileño, Alberto Ruiz-Gallardón, acepta volver a presentarse a las elecciones autonómicas de 2003 a petición de su partido

El presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, sorprendió ayer a los periodistas, en la conferencia de prensa posterior a su Consejo de Gobierno, al desarrollar con amplitud su predisposición favorable a encarar una tercera etapa como posible candidato del PP a partir de mayo de 2003. Ruiz-Gallardón prometió antes de la campaña que le llevó por primera vez al Gobierno madrileño, en 1995, que no estaría en el poder más de ocho años. Una idea que repitió luego innumerables veces y que subrayó de la siguiente manera en su discurso de jura del cargo por segunda ocasión en 1999: 'No volveré a repetir que no voy a volver a repetir como candidato a la presidencia del Gobierno de Madrid'.

Ayer, tras una pregunta sobre las presiones que está recibiendo ya de la dirección del PP para que rectificar su decisión de no repetir, Ruiz-Gallardón reconoció que está 'en un periodo de reflexión interna' para reconsiderar su inicial negativa a volver a concurrir a la presidencia de Madrid. El presidente de Madrid apuntó así que ese debate no se está produciendo sólo en el caso madrileño sino que es más general: 'Me han invitado y participaré en ese proceso de reflexión y el resultado nos vinculará a todos los que queremos seguir en la actividad política'.

Encargo a Javier Arenas

El presidente del Gobierno, José María Aznar, ha encargado al secretario general del PP, Javier Arenas, 'que indague sobre la disposición de todos los presidentes autonómicos del partido en ejercicio para repetir'. Arenas ha iniciado ya ese trabajo.

Ruiz-Gallardón ha mantenido en los últimos días varios contactos informales con distintos dirigentes del PP que le sondearon sobre su disposición a concurrir de nuevo por ese puesto si el partido creía que era necesario. Tanto Ruiz-Gallardón como el presidente valenciano Eduardo Zaplana, el otro barón con poder territorial propio en el PP, verían con mejores ojos que esa decisión se la trasladase en persona José María Aznar.

En cualquier caso, Ruiz-Gallardón se mostró ayer receptivo a escuchar la oferta e incluso a aceptarla si el partido así se lo demanda: 'Tengo la mal merecida fama de decir lo que pensaba en el partido, pero en todos estos años siempre que el PP ha entendido que debía asumir una responsabilidad he dicho que sí, y mientras siga en política estaré donde me diga el partido'. El presidente de Madrid matizó luego, sin embargo, que aunque nunca ha dicho que no a lo que le ha reclamado el PP tampoco en esta ocasión le han planteado ninguna presión ni se ha sentido forzado. Es más, ayer se mostró muy contento, aunque nervioso, tanto públicamente como ante su equipo de consejeros y colaboradores.

Ruiz-Gallardón sí admitió ayer que tendrá que dar explicaciones públicas si finalmente acepta ese envite porque en su día se comprometió a no estar más de ocho años en el poder.

De hecho, el actual presidente de la Federación Socialista Madrileña, Pedro Sabando, que hace la oposición al presidente madrileño en el parlamento regional, tardó ayer varias horas en encajar la trascendencia de la noticia, apuntó precisamente contra la línea de flotación que le queda ahora al descubierto a Ruiz-Gallardón: 'Me parece que es libre y respetable en lo personal de tomar esa decisión, pero en el campo político es llamativo y lamentable, porque en estos años y ayer mismo en la Cadena Ser se ha referido en múltiples ocasiones a que su tiempo en Madrid se agotaba en 2003 y ahora me alarma que cambie tan radicalmente sin una explicación cabal, con lo que pierde toda su credibilidad de cara a nuevas promesas en el futuro'.

Ruiz-Gallardón también aclaró ayer que no ha demandado a la dirección de su partido ninguna contrapartida o futuro beneficio político por reconsiderar su promesa: 'Después de 20 años en el PP nunca le he dicho que no a nada que me haya pedido el partido y nunca me ha pedido absolutamente nada que haya forzado lo que yo creía que era un análisis político y personal'.

Sin embargo, en el PP su situación política sí ha variado sustancialmente. Fuentes de la dirección nacional del partido acogieron ayer con 'gran satisfacción' la buena disposición de Ruiz-Gallardón a seguir en lo que calificaron como un 'giro sustancial que proyecta su futuro'.

En el PP, además de valorar la nueva proyección interna de Ruiz-Gallardón tras mostrar su 'predisposición favorable', insistían ayer en intentar postergar este debate de la sucesión en varias comunidades autónomas hasta el otoño de 2002, cuando está prevista en principio la celebración de casi todos los congresos regionales.

El PP no quiere anticipar esa discusión tanto tiempo para que no se abran heridas innecesarias y sobre todo porque antes de celebrar esos cónclaves hay que organizar y salir con buen paso del XIV Congreso Nacional, cerrado ya para finales de enero de 2002.