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Entrevista:MIRIAM MUNICIO | Secretaria general del Sindicato de Estudiantes

'No es verdad que se quite la selectividad, sólo cambia de nombre'

Miriam Municio (Madrid, 1976) es la secretaria general del Sindicato de Estudiantes desde el pasado noviembre. Su mandato da los primeros pasos, como es tradición en el sindicato, con pancartas y en la calle. El mes pasado, los alumnos de educación secundaria tuvieron un jornada de huelga general que se repetirá en otoño. Ellos dicen que las leyes educativas que prepara el Gobierno tienen la culpa. 'Vamos a seguir defendiendo una escuela pública para los hijos de los trabajadores y habrá lucha en la calle siempre que sea necesario. Ahora hay motivos de sobra'.

Pregunta. El Sindicato de Estudiantes ha estado siempre en contra de la selectividad. El Gobierno ya ha anunciado su desaparición. ¿Qué opina?

Respuesta. El ministerio está mintiendo descaradamente. No es verdad que se quite la selectividad, sólo cambia de nombre y de forma de seleccionar a los estudiantes. Ese cambio va a endurecer aún más el acceso porque habrá dos selectividades en lugar de una. Por un lado, pondrán una reválida al final de bachillerato, que será más dura porque habrá que examinarse de dos cursos y no de uno como hasta ahora. Además, si no apruebas, no tienes el título de bachiller, así pues, ¿de qué ha servido estudiar dos años? Sales sin título y no te puedes plantear ir a la universidad, ni un ciclo formativo de grado superior. Y por otro lado, estarán las pruebas de acceso de las universidades, que sólo servirán para crear facultades de primera y de segunda. Dicen que sobran plazas cada año, pero no en todas las carreras. Además, si sobran, pues qué mejor momento para desmasificar las aulas y tener más calidad educativa.

P. ¿Debe haber una selección para entrar en la universidad?

R. No. Hemos defendido siempre la admisión en la primera carrera que se elija. Lo que hay que hacer es un plan de financiación y crear más plazas. Hay dinero para ello que se desvía para la educación privada. Y además hay necesidades sociales: faltan médicos, por ejemplo. Reivindicamos que la educación se estructure atendiendo a las necesidades sociales y no a los intereses de los empresarios.

P. Sin selección, ¿no puede crearse un mastodonte universitario sin calidad ni prestigio? Hay otras opciones formativas.

R. Dice el Gobierno que la reválida sirve para dar calidad al sistema público, pero para eso lo que hay que hacer es invertir, dar becas, material académico, más profesores. Eso es calidad, y si se quiere dignificar la formación profesional (FP) lo que hay que hacer es crear más módulos de grado superior que cada año hay miles de alumnos que se quedan fuera, 40.000 este curso. La reforma que están planteando en la Ley de Calidad sólo fomenta una FP de escasa cualificación para los que han fracasado en los estudios. Y encima en la FP el negocio lo están haciendo los centros privados, las academias, con cursos que debería ofrecer la pública. Hace falta un plan de financiación para todo el sistema educativo.

P. ¿Qué le parece el nuevo sistema de elección del rector, con el voto universal ponderado de la comunidad educativa?

R. El Gobierno, en lugar de ir a los puntos centrales, va a la gestión, y eso del sufragio universal es una medida populista, porque el voto sigue siendo ponderado y los estudiantes estaremos en minoría.

P. Otra de las nuevas medidas es la creación de un consejo de gobierno en las universidades. ¿Qué le parece?

R. Va a ser un órgano absolutamente antidemocrático porque los alumnos no estaremos representados. Intentan reducir al máximo la participación de la comunidad educativa. El peso lo llevarán las empresas, que dirán que si ponen dinero en las facultades quieren influir en el reglamento de régimen interno y en la selección de los alumnos. Serán empresas, no universidades.

P. ¿No es beneficiosa la relación entre la empresa y la universidad, con vistas al empleo?

R. Esto se está haciendo con una visión, la de la derecha, para favorecer a los empresarios. Los empleos que se necesitan los definirán los empresarios y no las necesidades sociales, que las hay y no se cubren. La reforma va en la línea de reproducir las divisiones sociales, volver al pasado. Sin demagogia: sólo estudiarán los sectores ricos.

P. En cuanto a los institutos y colegios, ¿le parece que funciona el actual sistema de elección de directores de centros por el consejo escolar?

R. No debe funcionar porque la gente no se presenta para ser elegida. Pero es que ponen cortapisas, como llevar años en el mismo centro, y, claro, los profesores jóvenes, con ideas y ganas, lo tienen difícil. Y la falta de medios también les desanima. Eso se soluciona con más presupuesto, pero no creando una carrera de director.

P. Dice usted que se quieren crear directores-gestores. ¿Le parece mal?

R. No serán como un profesor más, con un proyecto educativo, y es que hablamos de colegios, no de empresas. El Gobierno pretende que sean empresas para que entren en una carrera competitiva. Serán directores menos controlados por la comunidad educativa. Deberían ser profesores que planteen un buen proyecto educativo, que lo presenten y que rindan cuentas.

P. ¿Cómo ven desde el sindicato los conflictos en las aulas, sobre todo en aquéllas en las que los alumnos se ven obligados a estudiar sin quererlo?

R. Una cosa positiva de la Ley Orgánica de Ordenación del Sistema Educativo (LOGSE) era la ampliación de la educación a los 16 años. Ahora se usa eso como la causa de todos los problemas de la educación pública, pero detrás de esos conflictos hay también problemas sociales. Y esto nos lleva a lo mismo, más recursos para la escuela. La educación pública debe ser una prioridad y ahora no lo es, se está intentando degradarla y dar una imagen de mala calidad frente a la privada. Se necesitan recursos humanos y no crear clases-guetos. Eso sólo multiplicará el problema. Faltan profesores de apoyo y gabinetes de orientación psicopedagógica. Inversión. Los recortes en la educación pública son una forma de renunciar a combatir los problemas.

P. En líneas generales, ¿cómo ven el sistema educativo?

R. Arrastra problema de los últimos años. Hubo una época, la década de los ochenta, en la que se invirtió en él y ahora volvemos a una etapa en la que el modelo a seguir no es potenciar la escuela pública, sino reducir el número de gente formada.

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