Un grito de libertad y solidaridad

La tradición oral andaluza, transmitida de generación en generación, es mayoritariamente femenina. En total un 55% de mujeres frente al 45% de hombres, según se constata en un trabajo de campo realizado por la profesora del Departamento de Didáctica de la Lengua, de la Literatura y Ciencias Sociales de la Universidad de Almería Nieves Gómez. A las mujeres los cuentos les fueron transmitidos, en orden cuantitativo, por madres, tías, abuelos y vecinos.

Sin embargo, los relatos e historias narradas han carecido de un ideario feminista. Las voces de mujer en los cuentos y leyendas andaluces son las voces de personas 'sin sexo' que hablan de la vida, se liberan y consiguen ser ellas mismas sin discursos feministas ni machistas, sino a través del discurso universal y humano.

El estudio llevado a cabo en Andalucía por Nieves Gómez sobre el papel de las mujeres como transmisoras de cuentos y leyendas se basa en encuestas realizadas en el Poniente almeriense, en el registro estadístico de libros de Fernán Caballero o Arcadio Larrea, entre otros, así como en lecturas de versiones anteriores unidas al estudio embrionario que Gómez maneja sobre la posible existencia de un repertorio femenino.

Pero la estudiosa de la didáctica del folclor, con obras en su haber como Cuentos de transmisión oral del Poniente almeriense (1998), Cuentos populares almerienses (1998) y Se abren las puertas del desierto (2000), ésta última ceñida a la literatura carcelaria, descarta un repertorio exclusivo de mujeres. 'Haría falta una investigación somera acerca de la existencia o no existencia de un repertorio meramente femenino. Pero de los datos obtenidos hasta ahora sí se pueden conocer los cuentos predominantes o preferidos, al parecer, por las mujeres en general'.

En ese universo de historias contadas por féminas prevalecen los cuentos maravillosos, de hadas o fantásticos. Dentro de esta preferencia la investigadora destaca la tradición de Andalucía occidental por presentar a la mujeres de esos cuentos como heroínas, mientras que en la zona oriental son los hombres héroes con mayor frecuencia. El repertorio se decanta seguidamente por cuentos donde se demuestra el ingenio de los hombres o de las mujeres, cuentos morales y religiosos, cuentos de animales, cuentos de bobos o tontos y cuentos de matrimonios (de esposas fieles o infieles).

'Es a través de los cuentos y leyendas andaluces como las mujeres han dejado oír sus voces sin ser sexistas ni feministas apenas', sostiene Gómez. Con sus historias, las mujeres han reivindicado, enseñado y entretenido a auditorios dispares u homogéneos formados por niños, jóvenes y adultos que se juntaban de noche para pasar veladas, o al compás de tareas o faenas agrícolas. Sus reivindicaciones pasan por fundamentos o esencias de la dignidad humana, tales como la igualdad, libertad y justicia.

'Las mujeres de las que hablan estas informantes son tan buenas y tan malas como los hombres; tan feas y tan guapas como los hombres, tan listas y tan tontas como los hombres; o tan valientes y tan cobardes', apunta la estudiosa. La enseñanza iba referida a valores religiosos, a normas morales y a modos de vida tradicionales que ante todo divertían e intentaban distraer de las fatigas cotidianas.

'Se suele decir que la cultura debe liberar a la persona, pero ésta siempre se ha relacionado con la gente letrada y no con la iletrada. Sin embargo, podemos ver que la cultura popular, transmitida en su mayoría por analfabetos o personas poco ilustradas, es un grito de libertad, igualdad, solidaridad; es una guía moral y un momento para el sueño y el descanso de las tensiones propias de la vida', insiste la profesora.

Gómez, que ahora tiene previsto publicar un libro sobre juegos tradicionales y chascarrillos de Alcalá la Real (Jaén), insiste en que sólo cabe hablar de pinceladas sexistas. 'Serían, en todo caso, cuentos bobos o tontos donde generalmente el hombre es siempre el necio o cuentos de temática diversa en los que las mujeres se presentan como más listas e ingeniosas que el hombre'.