El número de profesoras en las universidades andaluzas se ha duplicado en una década

El mundo educativo andaluz se feminiza. Las mujeres han acortado distancias con sus compañeros entre el profesorado de enseñanza secundaria y universitaria, los dos niveles con mayor desequilibrio. La cifra de profesoras en las universidades andaluzas se ha duplicado en una década (de 2.082 a 4.413), aunque de momento sólo representan el 30,8% del total. Los cambios son aún más visibles al otro lado de los pupitres: las alumnas suponen casi el 53% del total de estudiantes universitarios. En todas las ramas, a excepción de las carreras técnicas, hay ya mayor proporción de mujeres.

Dos recientes informes, elaborados por el Instituto de Estadística de Andalucía (IEA) y el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), reflejan la transformación del mundo educativo andaluz en los últimos años en cuanto al equilibrio entre géneros. La participación de las mujeres en la enseñanza -que ha sido tradicional en los niveles infantil y primaria- se ha extendido a todos los ámbitos y ha roto con nichos masculinos, como era la enseñanza universitaria y, en menor medida, la secundaria. En el curso 1998-99, las mujeres representaron el 56,5% de todo el personal docente no universitario, aunque tras este porcentaje perviven aún notables desigualdades: son el 92,2% del profesorado infantil, pero el 38,7% en las escuelas de artes aplicadas y oficios.

En las universidades, donde aún subsisten grandes diferencias, las profesoras eran el 30,8% de los docentes en el curso 1997-98. El porcentaje refleja que se han acortado las distancias (una década atrás eran el 27,4%), aunque sigue habiendo un claro predominio masculino. El estudio del IAM destaca que los cambios han sido más intensos en secundaria gracias al trasvase de profesorado de los dos últimos cursos de la antigua EGB a la Enseñanza Secundaria Obligatoria y también a la incorporación de nuevo profesorado en los cursos de ESO y en la formación profesional, donde tradicionalmente había una escasa representación femenina.

La universalización del sistema educativo ha propiciado el incremento del acceso de las mujeres en todos los niveles. Incluso en los universitarios, el número de alumnas supera ya a los del sexo masculino. De los estudiantes matriculados en las universidades andaluzas en el curso 1998-99, casi el 53% eran mujeres. En algunas provincias la feminización de las aulas fue incluso mayor: en las universidades de Almería y Granada representaban el 57% y el 56% respectivamente del alumnado.

Esta tendencia, sin embargo, viene percibiéndose desde hace varios años: en el curso 1988-89 las mujeres eran ya el 49,88% de los estudiantes universitarios y fueron la mayoría de graduados (57,8%). En el curso 1997-98, las mujeres representaron el 58,4% de los estudiantes que finalizaron sus carreras.

No todas las áreas de conocimiento reflejan, sin embargo, la misma equiparación entre géneros. En las titulaciones relacionadas con las Humanidades y Ciencias Jurídicas y Sociales se acentúa su feminización, con porcentajes de alumnas del 64% y el 62%, respectivamente.

El informe del IAM destaca también la 'progresiva equiparación de la presencia de hombres y mujeres en algunas titulaciones en las que tradicionalmente las mujeres estaban poco representadas'. Es el caso de áreas de Ciencias Naturales (51%) y de la Salud (65%). Se mantiene aún una gran distancia entre géneros en las carreras técnicas, donde los hombres son el 78% del alumnado andaluz. Las universidades de Almería, Granada y Sevilla tienen cuotas superiores, que superan el 26% de mujeres entre los estudiantes de carreras técnicas.

El nivel educativo de las andaluzas se recoge en una encuesta sobre la situación social de las mujeres en Andalucía, elaborada por el Instituto de Estudios Sociales Avanzados en 1999, que deja patente el avance en la universalización de la enseñanza. Dicha muestra señala que, mientras en los tramos de edades comprendidas entre los 16 y 29 años, el 47,2% ha cursado estudios secundarios, el 49,9% de las que tienen entre 50 y 65 años no ha podido cursar estudios primarios y sólo sabe leer y escribir. Entre las andaluzas de entre 30 y 49 años predominan las que finalizaron estudios primarios (47%).