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La guerra sucia contra la Intifada llega al Supremo de Israel

La viuda de un dirigente de Al Fatah asesinado emprende una batalla legal contra las ejecuciones sumarias

El Tribunal Supremo de Jerusalén deberá decidir antes del 30 de enero si ordena a Israel detener la guerra sucia contra los palestinos, incluidas las ejecuciones sumarias de dirigentes de la Intifada palestina. La petición ha sido presentada por Siham Thabet, la viuda del doctor Thabet Thabet, uno de los representantes de Al Fatah en las conversaciones de Paz en Madrid en 1991, asesinado el pasado 31 de diciembre por los soldados israelíes en Tulkarem como parte de una operación de castigo contra los responsables de la revuelta.

'Le dispararon más de veinte proyectiles desde apenas 300 metros de distancia, cuando salía con su coche de casa y se dirigía al trabajo', aseguraba ayer en su domicilio de Tulkarem, al norte de Cisjordania, la viuda del doctor Thabet, una dentista, madre de tres hijos, convertida de la noche a la mañana en militante pacifista en defensa y recuerdo de su marido asesinado. La viuda del doctor Thabet se siente 'aún perpleja y desconcertada por una muerte cuyas razones aún no acabo de comprender', sobre todo teniendo en cuenta que la víctima 'era un defensor a ultranza del proceso de paz y diálogo entre israelíes y palestinos y colaboraba con diversas organizaciones humanitarias de Israel en programas de cooperación y convivencia'.

La muerte del doctor Thabet no fue casual ni fruto de un accidente, ya que con anterioridad -el 12 de octubre -, su despacho en la sede de Al Fatah en Tulkarem fue bombardeado por aviones y helicópteros israelíes, como advertencia al responsable de esta organización en una zona en la que apenas ha habido combates en los tres meses de Intifada, pero desde donde, según los servicios de seguridad hebreos, han salido varios comandos para atacar Israel.

'Todo es una gran mentira. En su momento lo aclararemos ante el Tribunal Supremo, donde he presentado una demanda contra los asesinos de mi marido, contra quienes dieron la orden de matarlo y en la que pido también el fin de las ejecuciones sumarias (guerra sucia) que las tropas israelíes están perpetrando contra los dirigentes palestinos', añade la viuda en el interior de su casa, permanentemente custodiada por las fuerzas de seguridad palestinas.

El procedimiento judicial que la viuda de Thabet ha planteado ante el Supremo de Israel es la primera acción legal que los familiares de una víctima de la Intifada entablan contra el Gobierno de Ehud Barak y su Ejército, en un intento de poner coto a la violencia y acabar con una guerra sucia que ya ha causado la muerte de una veintena de dirigentes de la Administración de Arafat y dirigentes de la sublevación popular.

En el escrito de demanda, al que el Gobierno de Israel deberá contestar en un plazo máximo de 10 días, se califican los hechos como de 'ejecuciones sumarias, constitutivas de un delito de crímenes de guerra' y se recalca además que el Ejército israelí hubiera podido fácilmente detener a la víctima cualquier día en su camino hacia Nablús, donde trabaja como alto funcionario del Ministerio de Sanidad palestino, o en un viernes en la mezquita del barrio, situada en una zona administrada policialmente por los israelíes.

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'Si el Supremo no acepta nuestra demanda no me detendré. Acudiré donde sea, a cualquier tribunal del mundo; sólo quiero un castigo para los asesinos y dejar claro que nadie está por encima de la ley, ni siquiera el Ejército de Israel', insiste Siham Thabet.

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