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THE JERUSALEM POST Dejen de amenazarnos

Hay dos tipos de ofertas que no se pueden rechazar: unas porque son demasiado buenas y otras porque están hechas, al estilo mafioso, con un arma apuntando a la cabeza. El primer ministro Ehud Barak está proponiendo ambos tipos de ofertas, la primera a los palestinos, la segunda a su propio pueblo.Barak promete no dejar "ni una piedra sin levantar" para conseguir la paz, mientras que al mismo tiempo rechaza comprometer los intereses vitales de Israel. Pero, al aceptar la retirada casi a las fronteras de 1967, incluyendo la división de Jerusalén y abandonando el valle del Jordán, la pretensión de salvaguardar los intereses vitales de Israel ha saltado por los aires. (...) Está claro que la oferta de Barak a su propio pueblo (...) no será tanto una visión de paz como el espectro de la guerra. (...) En la reunión del Gabinete del pasado domingo advirtió a los ministros de que de cinco a diez años Israel podría enfrentarse a "un nuevo Oriente Próximo" con armas nucleares, regímenes fundamentalistas y una oleada de terrorismo organizado.

La primera cuestión sobre estas amenazas es preguntarnos por qué las estamos oyendo de nuestros propios líderes y no de Sadam Husein o, quizás, del ministro de Exteriores francés. Si se ratificara un acuerdo en este contexto, el mundo árabe pensaría (...) que el pueblo israelí ha sucumbido a amenazas potenciales no de líderes árabes, sino de sus propios líderes. (...) Una retirada forzosa a fronteras menos defendibles hará que Israel deba enfrentarse a un mundo más difícil.

Jerusalén, 28 de diciembre

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