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El socialismo libertario encuentra escasa resistencia en el PSOE

Sólo Izquierda Socialista pide un debate ideológico sobre el proyecto de Zapatero

Anabel Díez

No hay revuelo en el PSOE, acaso perplejidad en algunos dirigentes y militantes, por la apuesta de su líder, José Luis Rodríguez Zapatero, por un "socialismo libertario", expuesta el viernes en el Club Siglo XXI. Desde que el secretario general de los socialistas salió a la palestra pública en el proceso congresual de su partido, le ha acompañado el vocablo liberal que sirvió en ese momento para que los compañeros que tenían sus mismas aspiraciones, es decir, conseguir el poder del PSOE, le situaran en la derecha del partido.

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En realidad, él y su grupo, Nueva Vía, no escurrieron el bulto y afirmaron ser de izquierdas al defender al individuo frente al Estado y a los grandes monopolios y echaron mano de toda la tradición liberal del socialismo, de los anarquistas españoles, de los comunitaristas norteamericanos contemporáneos y de los nuevos teóricos socialdemócratas que dieron a luz la Tercera Vía, asumida por el primer ministro británico, Tony Blair. El líder del PSOE afirma que su proyecto de "izquierdas" pasa por "defender más libertad para llegar a más igualdad". "El centro de mi proyecto es la libertad frente a los poderes económicos". Nadie ha replicado.Sólo la corriente Izquierda Socialista demanda un debate para que explique qué quiere decir. Nadie más pide explicaciones. "Entre otras cosas, porque no se le eligió por sus ideas, sino porque los militantes vieron en él la oportunidad de desbloquear una situación cerrada y una esperanza de recuperación del partido ante la sociedad", señala uno de los más activos dirigentes en el 35º congreso, que estuvo a favor de otro candidato y que se ha sumado, como la mayoría, a apoyar a la nueva dirección. Pero nadie se llama a engaño, y aunque no fue precisamente el ideario de cada uno de los cuatro candidatos a la Secretaría General del PSOE lo que suscitó el debate, todo está escrito. "El mejor socialismo arranca de la corriente liberal del partido", dijo Rodríguez Zapatero tres meses antes de que le eligieran secretario general. Su grupo, Nueva Vía, defendía "un nuevo socialismo". A todos les sonaba la Tercera Vía de Tony Blair y su nuevo laborismo. Hoy no se apea de lo dicho: "Defendemos la libertad para una sociedad más igualitaria; más libertad para más igualdad".

Tres meses atrás, el debate ideológico sólo lo suscitó la candidata Matilde Fernández, que confrontó una ponencia socialdemócrata, cuya autoría se debió al diputado Francisco Fernández Marugán, nombrado ahora portavoz parlamentario en la Comisión de Presupuestos. Hubo dos manifiestos de Nueva Vía, y en el segundo se ponía mucho énfasis en las políticas sociales, pero la ideología se perdió ante la caza del voto del delegado.

En la noche del pasado jueves, Zapatero volvió sobre sus pasos con su conferencia Una política al servicio del cambio. "El problema no es el mercado, sino el falso mercado, la concentración de los grupos económicos, que de una u otra forma fomenta y protegen éste y otros Gobiernos. El socialismo será profunda y auténticamente liberal, o, si se prefiere, libertario, y radicalmente promotor de la igualdad del individuo". El Gobierno, con cierto tono de mofa, se interesó por el significado de esos conceptos. El vicepresidente primero, Mariano Rajoy, se disculpó el viernes desde la mesa del Consejo de Ministros. "No sé qué es eso del socialismo libertario", dijo. El secretario general del PP, Javier Arenas, apostilló: "Estamos esperando su tesis doctoral sobre el socialismo liberal o libertario; la esperamos con urgencia". Esa misma noche, Rodríguez Zapatero reconoció que llamar "libertario" al socialismo que propugna, en vez de liberal, fue a modo de "provocación" para enfatizar su idea de libertad del individuo.

"No hacen falta tesis doctorales inmediatas porque hay mucho publicado al respecto", afirma el responsable de Economía del PSOE, Jordi Sevilla, considerado "el culpable" de los afanes liberales de Zapatero, sin olvidar la influencia, dicen en el PSOE, del ex ministro de Economía Carlos Solchaga. Pero Zapatero y los suyos quieren convencer, primero, a su partido, y después, a la sociedad, de que su proyecto contiene altísimas dosis de "solidaridad", al tiempo que se defiende el desarrollo del individuo, aunque precise "un gasto previo del Estado a espuertas", señala un dirigente socialista. "Es un objetivo de la izquierda conseguir la igualdad de todos ante el sistema de enseñanza, sin distinción de sexo, edad, raza , clase o religión", fue otro postulado de Zapatero. De acuerdo, dicen los izquierdistas de su partido.

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El responsable de Economía del PSOE, Jordi Sevilla, se ve en la necesidad de citar múltiples autores para justificar tanta defensa del individuo. "Reconocemos la tradición de la Revolución Francesa y conectamos con la mejor escuela del socialismo español, que tenía mucho de liberalismo político". Sevilla aprovecha el reconocimiento del vicepresidente Rajoy respecto a que nunca ha oído hablar del socialismo liberal o libertario para abrumar con autores y corrientes.

"Me gustaría recomendarle al vicepresidente algunas lecturas. Por ejemplo, Desarrollo y libertad, del premio Nobel indio de 1998, Amartya Sen". Los estudiosos ya pueden saber, y sacar conclusiones, de qué nutrientes se sirve la nueva dirección del PSOE. Sevilla sigue con sus recomendaciones y precisa que las tesis de Sen son la versión socialdemócrata de otro autor que revolucionó hace 20 años la teoría de la justicia social. Se trata de John Rawls en su obra El liberalismo político. "Quizá el vicepresidente Rajoy sí conoce la versión de derechas que se extrajo de Rawls, elaborada por los norteamericanos anarcocapitalistas, como es Robert Nozick en su obra Anarquía, Estado y Utopía". Aclara que su "libertarismo" no tiene nada que ver con el que defiende el autor citado. "Hay una tradición propia, española, de anarquismo, los libertarios frente al Estado, que no hay que menospreciar", señala. Este dirigente sigue abrumando con obras, aunque le va a la zaga el portavoz de Presupuestos, Francisco Fernández Marugán, quien se limita al contexto erudito de citar autores y unirse a Jordi Sevilla en la recomendación de libros al Gobierno. Casualmente, el pasado jueves, Marugán sostuvo en los pasillos del Congreso, según apreciaron muchos diputados, una conversación doctrinal con el ex secretario general del PSOE Joaquín Almunia, que también sabe lo que quiere decir eso del socialismo liberal. "Tiene mucho que ver lo que dice Zapatero con los comunitaristas progresistas norteamericanos, tales como Michael Walzer". Pero el mejor comunitarismo está en el socialdemócrata y profesor norteamericano, fallecido en 1994, Cristopher Lasch con su Rebelión de las élites, concluye Marugán.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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