EE UU se opone a una defensa europea independiente de la OTAN

La política de defensa y seguridad europea suscita aún recelos del principal socio de la OTAN, Estados Unidos, pese a que Washington estima que es un objetivo "correcto, natural e inevitable", según ha dicho el jefe del Pentágono, William Cohen. Sin embargo, los estadounidenses quieren estar en ella y sugieren que la Alianza y la Unión Europea complementen sus planes militares. "Lo que no queremos es que haya dos burocracias de planificación", dice Cohen.

El secretario de Defensa estadounidense habló de ello durante la reunión ministerial de carácter informal que los 19 países de la Alianza Atlántica han celebrado el martes y miércoles en Birmingham.En lo que puede haber sido su testamento político antes del cambio de Gobierno en Washington, Cohen ha recordado a sus colegas que la OTAN seguirá siendo el eje del compromiso de EE UU en la seguridad europea, de la cual su país no tiene intención de desmarcarse: "No tiene fundamento la idea de que Europa debe empezar a prepararse para una eventual retirada norteamericana".

Sugiere el jefe del Pentágono que la OTAN y la UE estrechen más sus contactos una vez que se convierta en plenamente operativa el próximo año la nueva estructura de defensa europea, que integran los denominados Comité Político y de Seguridad (COPS) y el Comité Militar. En un principio, Washington lanzó la idea de que un representante de la Alianza Atlántica pudiera participar en las reuniones del COPS, un órgano de asesoramiento sobre gestión de crisis en temas de política exterior, seguridad y defensa de la UE. Francia se negó. Ahora, los norteamericanos sugieren que haya un enlace entre las dos organizaciones y propone que sea el vicecomandante en jefe de las fuerzas de la OTAN en Europa el nexo para coordinar y complementar los planes de defensa. Su colega francés, Alain Richard, le recordó diplomáticamente que la planificación será un instrumento exclusivamente europeo.

No hay que olvidar que en el trasfondo de este debate existe el hecho de que no todos los países de la UE son miembros de la OTAN y viceversa. Cuatro países comunitarios (Austria, Finlandia, Suecia e Irlanda) no forman parte de la Alianza y ocho socios de ésta no lo son de la Unión (Estados Unidos, Canadá, Turquía, Islandia, Noruega, República Checa, Polonia y Hungría).

Atlánticos y europeos están de acuerdo en que exista cooperación y transparencia. Los europeos han tendido la mano a los países aspirantes a adherirse a la Unión para que de algún modo participen en las decisiones de la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC). Turquía no se fía de la vecina Grecia. Se siente discriminada y teme quedarse ajena a los planes futuros.

A corto plazo, los europeos tienen una cita importante, el 20 de noviembre en Bruselas, cuando en una reunión ministerial deberán concretar la aportación de recursos para la puesta en marcha de la futura fuerza de intervención rápida de la UE, destinada a misiones en el exterior de mantenimiento de la paz o ayuda humanitaria.

Esta brigada, que en un principio se avanzó que estaría formada por 60.000 soldados y ahora se especula en torno a 80.000, deberá ser plenamente operativa el año 2003, tendrá que ser capaz de desplegarse en un plazo de 60 días y disponer de una autonomía de un año. España se ha comprometido a aportar el 10% de los efectivos.