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ACCIDENTE EN EL ÁRTICO

El accidente de un submarino nuclear ruso deja a 107 marinos atrapados bajo el Ártico

El submarino nuclear ruso Kursk, con al menos 107 marineros a bordo, sufrió el domingo un grave accidente en el mar de Bárens, en el Ártico. El submarino se halla seriamente dañado a más de cien metros de profundidad en aguas internacionales. El alto mando de la Marina rusa, que manejó la hipótesis de una avería, admitió la posibilidad de una colisión con un submarino extranjero. Este sumergible ruso, de la clase Antéi, tiene capacidad para transportar 24 misiles nucleares, aunque, según se ha informado en Moscú, no llevaba ninguno a bordo a pesar de participar en unas maniobras.

Pesimismo en la Marina

El alto mando de la Marina rusa ha puesto en marcha una dramática operación de rescate al mando del almirante Viacheslav Popov, jefe de la Flota del Norte (a la que pertenece el submarino siniestrado), en la que participan hasta diez barcos y submarinos rusos. La profundidad a la que se halla varado (entre 107 y 150 metros, según las fuentes) representa una de las mayores dificultades técnicas. El modo de sacarle a flote se decidirá a lo largo del día de hoy.Otro grave problema es el factor tiempo, que juega en contra. El experto Paul Beaver, de la prestigiosa revista militar británica Jane's, aseguró ayer que el margen de actuación para salvar la vida de la tripulación es de tan sólo 48 horas. Las autoridades rusas estiman que con las medidas de estabilización adoptadas, el margen es mayor, aunque no especificaron cuánto. Una de esas medidas ha sido conectar al submarino con una campana, llamada Kólokol, capaz de suministrar combustible y oxígeno, y mantener la refrigeración.

Las dos hipótesis

Pese a ello, el almirante Vladímir Kuroyedov, jefe de la Marina rusa, no es demasiado optimista: "Es difícil saber. Las posibilidades de que todo termine bien no son muchas". El militar no precisó si se refería a la suerte de los más de 100 marineros atrapados en el fondo del Ártico norte ruso. La tripulación, de cuya cifra extacta no se ha informado, es, en este tipo de sumergibles, de 107, aunque en maniobras puede llevar 130 hombres.El tiempo previsto por los meteorólogos -otro factor clave- ya no es tan favorable, pues en las últimas horas se ha levantado un fuerte viento y existe el riesgo de corrientes marinas.

Hay informaciones contradictorias sobre el estado de los marineros, pues algunas fuentes aseguran que algunos de ellos perdieron la vida o resultaron heridos de gravedad en el accidente. Un portavoz de la Flota del Norte dijo que, de acuerdo a los últimos datos, "no se excluye, desgraciadamente, que haya víctimas".

El Ministerio de Defensa de Noruega informó ayer de que el incidente ocurrió en aguas internacionales, al noreste de Murmansk, y a una profundidad de 150 metros. La agencia independiente de noticias militares de Noruega, que cita fuentes de Defensa, sostiene que el sumergible se halla varado a 137 kilómetros de su base de Severomorsk.

El Kursk es un submarino de propulsión nuclear de la clase Antéi (Oscar-2, según la clasificación de la OTAN), botado en 1995, con capacidad para portar 24 misiles nucleares, aunque en el momento del accidente no llevaba a bordo ninguno, según dijeron fuentes rusas, a pesar de estar participando en unas maniobras militares. Los dos reactores de propulsión nuclear, uno de los riesgos contaminantes, han sido desconectados. La organización ecologista noruega Bellona aseguró ayer en Internet (www.bellona.no) que esta desconexión puede dificultar el rescate del submarino y poner en riesgo la vida de los tripulantes.

Cuando el submarino no pudo contactar el domingo con el mando de la flota a la hora prevista, se dio la alarma. Poco después, los buques de rescate localizaron al Kursk en el fondo del mar, a una profundidad superior a los 100 metros. Una vez restablecida la comunicación con el sumergible, su capitán dijo que se habían visto obligados a tocar fondo tras los serios desperfectos sufridos.

La cadena de televisión NTV, citando fuentes navales en Severomorsk, hizo circular una primera hipótesis de fallo técnico: dijo que el problema se produjo cuando el Kursk iba a disparar un torpedo y entró agua en los tubos inundando parte de la proa. Esta versión fue desechada. El comandante en jefe de la Marina rusa reconoció más tarde que el sumergible sufría unos daños que indicaban la existencia de "una gran y seria colisión". No se excluye que esa colisión se produjera contra otro submarino extranjero o contra "un objeto no determinado", aunque la observación exterior de los daños parece descartar esa segunda teoría.El Pentágono, a través de un portavoz, descartó anoche que ese submarino extranjero fuera estadounidense, aunque reconoció la presencia de un barco de vigilancia de su Marina en la zona.

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