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Gore escoge para la vicepresidencia a un senador judío que se enfrentó a Clinton

Al Gore dio ayer un paso de gigante para emanciparse de la tutela de Bill Clinton al escoger como su candidato a la vicepresidencia de EE UU al senador Joseph Lieberman, judío ortodoxo, demócrata conservador y duro crítico de la relación del presidente con la becaria Monica Lewinsky. Matando dos pájaros de un tiro, Gore, al completar su equipo con un centrista y miembro de una minoría religiosa, levantó también un poderoso cortafuegos a la ofensiva de encanto desencadenada por George W. Bush en la reciente convención republicana de Filadelfia.

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Gore recuperó así la iniciativa en un momento en el que, según una encuesta de Reuters y Zogby difundida ayer, Bush le aventaja en 17 puntos en intención de voto. A fin de no seguir cediendo terreno a un Bush que predica un conservadurismo solidario y la apertura republicana a las minorías hispana y negra, el vicepresidente de Clinton y aspirante demócrata a la Casa Blanca adelantó en 24 horas la designación de su compañero de candidatura. Esta designación se hará oficial hoy en Nashville (Tennessee).La elección fue calificada como "muy inteligente" por la mayoría de los analistas. Lieberman, un senador por Connecticut de 58 años, se convierte en el primer judío jamás incluido en un ticket presidencial estadounidense. Gore se garantiza el apoyo de esta comunidad, más poderosa de lo que pueda representar la cifra de 12 millones, y, como señaló ayer Allan Lichtman, profesor de Historia de la American University, de Washington, demuestra que "mientras Bush habla de apertura a las minorías, Gore la practica al más alto nivel".

En el país de lo políticamente correcto, la condición de judío ortodoxo de Lieberman le blinda frente a muchos ataques. Los republicanos no pueden esgrimir contra él argumentos que puedan ser considerados antisemitas. De hecho, la primera reacción de los portavoces de la campaña republicana fue deshacerse en elogios hacia Lieberman, al que tildaron de "un buen hombre (...) más de acuerdo con las políticas de Bush que con las de Clinton y Gore".

Hombre muy respetado

Lieberman es muy respetado en el Senado por su permanente voluntad de tender puentes bipartidistas. Su historial en la Cámara alta refleja que ha votado en numerosas ocasiones en contra del ala más liberal de su partido. Lieberman está a favor de las empresas privadas, las Fuerzas Armadas, el rigor presupuestario y los valores familiares. Milita activamente contra lo que considera "creciente inmoralidad" en las industrias del cine, la televisión y la música.En cambio, está próximo a las posiciones tradicionales de su partido en materia de defensa del medio ambiente, promoción de las minorías, control de las armas de fuego y derecho al aborto. El gran salto de Lieberman a la escena nacional se produjo el 3 de septiembre de 1998, en pleno caso Lewinsky. En un discurso en el Capitolio, el senador por Connecticut se convirtió en el primer demócrata en criticar abiertamente a Clinton por sus aventuras sexuales en el Despacho Oval con la becaria Lewinsky. Lieberman dijo que el comportamiento de Clinton no sólo era "inadecuado", sino "inmoral" y "dañino", "porque envía a las familias estadounidenses, y en particular a los niños, el mensaje de que esta conducta es aceptable".

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Lieberman trabajó para que el Congreso aprobara una simbólica censura del presidente. Cuando los republicanos optaron por el impeachment o procesamiento y el caso llegó al Senado, Lieberman votó a favor de la absolución, puesto que su condena hubiera supuesto la destitución, un castigo que le pareció excesivo.

La elección de Gore, según declaró ayer Joe Goldstein, politólogo de la Universidad de San Luis, supone "su declaración de independencia respecto a Clinton. La pasada semana, en su discurso ante la convención republicana de Filadelfia, Dick Cheney, el candidato a la vicepresidencia de Bush, vinculó a Clinton y Gore. "Ahora que el hombre de Hope [Clinton] se va a su casa de Nueva York, Gore intenta separarse de la sombra de su líder", "pero siempre que veamos a uno pensaremos en el otro".

Este argumento empezó ayer a ser demolido cuando las cadenas de televisión reprodujeron una y otra vez el vídeo de la intervención de Lieberman sobre el caso Lewinsky.

La elección del senador de Connecticut, dijo Allan Lichtman, historiador de la American University, constituye "una decisión segura, porque es un hombre de fuertes valores religiosos, muy duro en asuntos de Defensa y con amigos en ambos lados del hemiciclo político".

Al mediodía de ayer, hora estadounidense, Lieberman recibió en su hogar de New Haven (Connecticut) la llamada de Gore y aceptó de inmediato la propuesta. Los dos hombres, informó el senador, rezaron juntos por teléfono una "corta plegaria". Su nombramiento para la candidatura a la vicepresidencia, añadió, "va más allá de lo que nunca he soñado".

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