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Arafat y Barak aplazan su primera reunión cara a cara en Camp David

El segundo día de la cumbre entre israelíes y palestinos en Camp David -el primero de trabajo real- transcurrió con reuniones múltiples entre las delegaciones, pero sin debate entre los líderes. Según la Casa Blanca, pasarán unos días hasta que Yasir Arafat y Ehud Barak afronten el diálogo cara a cara en torno a las cuestiones más conflictivas. Bill Clinton esperaba volver a la Casa Blanca a última hora de ayer para dejar el trabajo de negociación en manos de quienes pueden tomar decisiones.

Según el portavoz de la Casa Blanca, Joe Lockhart, los anfitriones eran conscientes de que las negociaciones "iban a ser complicadas, y lo están siendo". Lockhart aseguró que el trabajo de la diplomacia de EE UU también ha consistido en crear el mejor clima para el diálogo y se mostró convencido de que al menos eso ya se ha logrado. El portavoz presidencial relató cómo los miembros de los equipos negociadores empiezan a pasear juntos por el complejo de Camp David e incluso comparten asientos en los carritos de golf, el medio de transporte habitual por los jardines del recinto. La jornada de ayer comenzó con una reunión de Bill Clinton con el primer ministro de Israel, Ehud Barak, y con negociadores palestinos, por separado. No estaba previsto un encuentro entre Barak y Arafat, que tan sólo han coincidido ante las cámaras en la apertura de la cumbre y en las cenas y los almuerzos. La reunión del martes con Clinton apenas duró unos minutos y fue estrictamente protocolaria. Eso no es mala señal, según la Casa Blanca. Las delegaciones hablan con desconfianza, pero con cordialidad, y a eso contribuye el entorno del lugar en el que están "confinados", según Lockhart.

También se interpreta como un gesto de buena voluntad el que Israel anunciase ayer la cancelación de la venta a China de radares militares sofisticados (Phalcon), una operación comercial que irritaba especialmente a Washington. Clinton y Barak hablaron de ello el martes por la noche; el miércoles por la mañana Barak dio la orden de frenar la venta. Aunque eso indica que en Camp David no sólo se habla del proceso de paz, la decisión israelí no hace sino allanar el terreno a las posibles ayudas económicas que EE UU condiciona a los avances en la negociación de un acuerdo de paz.

La diplomacia de EE UU mantiene el más absoluto sigilo en torno a lo que ocurre en el interior de Camp David e incluso amonestó ayer al ministro palestino Nabil Amer por dirigirse a los periodistas para exponerles la postura de su Gobierno sobre la paz. "Está usted rompiendo el pacto al que llegaron los tres líderes", le espetó un funcionario en frente de las cámaras. [El que sí pudo hablar con sus seguidores fue Barak, quien durante un receso telefoneó al grupo que, bajo el lema Vaya por la paz, ha iniciado una vigilia en el centro de Tel Aviv, según informa Reuters. "Si es posible acabar con el conflicto, lo haremos", les dijo Barak. Mientras, varios miles de refugiados palestinos se manifestaban en Belén pidiendo el derecho a regresar a sus hogares.]

Clinton tenía previsto regresar a la Casa Blanca a última hora de ayer, para iniciar después viajes continuos de ida y vuelta a la sede de la cumbre, situada a unos 100 kilómetros de la Casa Blanca.

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