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Absuelto un marino militar de bigamia porque no tuvo malicia

Ángel no tuvo malicia. Él no quería ser bígamo y por eso el juez de lo Penal de la Audiencia Nacional le ha absuelto del delito de bigamia del que le acusaba su segunda compañera, Rafaela C. S. Ángel C. S., marino militar, se casó en Gibraltar el 3 diciembre de 1996 y lo hizo a toda prisa. Rafaela C. S. le urgió, porque según le dijo se encontraba embarazada.El caso es que el marino, en el momento de esa segunda boda, estaba casado todavía con su primera esposa, porque aunque había obtenido una sentencia de divorcio ésta no era firme, ya que cabía recurso. Las autoridades gibraltareñas tampoco pusieron ninguna pega a que se acelerasen los trámites previos a la boda y aceptaron la documentación que les fue presentada. Pero esas mismas autoridades, posteriormente, declararon "nulo e inexistente" el enlace, al conocer que el divorcio de la primera mujer no era firme en el momento de la segunda boda.

Además, Ángel se enteró de que el embarazo de Rafaela era falso y la abandonó. Como la sentencia de divorcio de su primera esposa ya había adquirido firmeza, el marino, pertinaz, contrajo un nuevo matrimonio con una tercera dama, Enriqueta A. de L. Tanto Ángel como Enriqueta consultaron con abogados, que les confirmaron la nulidad del enlace con Rafaela que, despechada, denunció a Ángel por bigamia, y pidió un año de cárcel para él. El juez, sin embargo, señala que el marino no tuvo "voluntad torticeramente maliciosa".

El juez además aprecia temeridad y mala fe en Rafaela al denunciar el supuesto delito y la condena al pago de las costas del proceso. El magistrado precisa que, al activar los trámites de su boda, Rafaela podría ser considerada como coautora del delito que denuncia.

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