_
_
_
_

El embajador británico en Tokio pide entrar en el euro para retener la inversión nipona

Isabel Ferrer

Fuerte impacto

Stephen Gomersall, embajador británico en Japón, ha avivado la batalla del euro, un enfrentamiento que el Gobierno laborista ha tratado de evitar desde su llegada al poder en 1997. En un telegrama confidencial remitido a Londres, el diplomático advierte de que las empresas niponas dejarán de invertir en el Reino Unido de no ingresar éste en el euro.El mensaje ha desatado las iras de los economistas oficiales, que cifran en un 4% la presencia de Japón en el país, así como de la oposición conservadora. Temerosa ésta última de que el Ejecutivo trate de forzar la aceptación de la moneda única, ha pedido al gobierno laborista que aclare cuanto antes si piensa deshacerse de la libra en breve.

El contenido del telegrama ha sido desvelado después de que Andrew Fraser, jefe de la Oficina de Inversiones británica, admitiera ayer haber elaborado un informe donde alertaba al Ejecutivo del peligro de derrumbe industrial si el país continúa rechazando el euro. Como ambas notas tenían carácter confidencial, su filtración consecutiva a la prensa ha llevado al propio Gobierno a temer una conspiración animada por todos los diputados proeuropeos del Parlamento para forzar al Tesoro a abrazar el euro lo antes posible.

El hecho de que la dirección de Mitsubishi, Nestlé, NEC y Linde Hydraulics urgieran ayer al líder laborista, Tony Blair, a pronunciarse con claridad sobre el euro, sólo reforzó la teoría de la supuesta conjura.Escrito en términos sosegados pero firmes, el telegrama del embajador Gomersall ha causado incluso mayor efecto que el estudio de Fraser. Estudioso de la cultura nipona, lengua que habla con soltura, el diplomático ha desarrollado la mayor parte de su carrera en Japón y sus opiniones son respetadas en Londres. "La postura británica con respecto al euro es ambigua y por tanto imprevisible. No es que Tokio no entienda las reticencias del Gobierno ante la moneda única, que han sido bien explicadas. El problema radica en la percepción de que el Reino Unido no es ya un lugar seguro para invertir", dice. En su opinión, la próxima visita del primer ministro, Tony Blair, a Okinawa a finales de mes para asistir a la cumbre del G8, "debería servir para convencer a las firmas japonesas de que todo marcha bien y no hay nada que temer".

Convertido en uno de los principales promotores de las inversiones japonesas en suelo británico, Gomersall recuerda que varias casas poderosas, Nissan y Canon entre ellas, han optado ya por otros mercados. Nissan ha dicho que el modelo de auto Micra bien podría construirse en España o Francia. Las nuevas inversiones de Canon, por otra parte, "penden de un hilo". El embajador cita, asimismo, en su telegrama las dudas de Toshiba acerca de su fábrica en Plymouth (al sur de Inglaterra).

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_