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Vuelta de tuerca a la ópera vasca

Dicen las malas lenguas que para labrarse un buen futuro en Euskadi es conveniente que el músico autóctono se dedique a recuperar o actualizar sones tradicionales, a tocar heavy o punk del más básico o a cantar enrabietadas consignas revolucionarias y antisistema. Obviamente, eso no es absolutamente imprescindible y repasar la historia de Joxemi Martis (San Sebastián, 1965) puede procurar razones a los que piensan de otra manera.El cantante, residente en Rentería, ha publicado un estreno discográfico, Nire gustokoak, en el que despacha 12 temas de corte tradicional entre los que se encuentran Kattalin y Euskal Herrian euskaraz. Hasta aquí no parece haber nada excepcional; sin embargo llama la atención el hecho de que dicho repertorio haya sido elegido para debutar por un tenor operístico vocacional e ilustrado que ha tenido que arrimarse a la tradición musical vasca para publicar un elepé "en formato serio". "Para un cantante como yo no es nada fácil ganarse la vida en Euskadi", asegura Martis antes de desvelar que el nuevo repertorio tampoco le alisa en exceso el camino, pues ya "se ha escuchado toda la vida de una forma concreta".

El guipuzcoano se ha resistido a grabar un producto al uso y ha debutado con unas adaptaciones que le permiten exhibir una técnica vocal "inspirada en la escuela italiana" e incorporar arreglos novedosos en el género. Algo que llega a desconcertar a su audiencia potencial. "Ese tono lírico que doy a las canciones levantará pasiones por un lado y malos genios por otro, porque no es lo típico que se ha escuchado en el pueblo vasco. Cómo está cantado, la orquestación y la armonización son una novedad. He pretendido darle otro tono más solemne, me parece perfectamente lícito y una innovación nivel musical".

¿Se considera entonces un innovador? "Nadie ha hecho esto antes, con lo cual algo de innovación sí hay, pero no voy a decir que soy una revolución impresionante dentro de la música. En realidad hay bien poco de ópera vasca, y lo que hay es muy poco conocido. Entonces, prefería cantar esas canciones que me gustan dándole ese tono lírico a coger arias de ópera vasca que no eran conocidas", argumenta Martis.

La preparación precisa para acometer tal proyecto la ha adquirido a lo largo de 28 años entregados a la música en los que ha fundado tres coros y ha tenido la oportunidad de cantar en Nueva York, en fiestas privadas, para audiencias selectas entre las que se encontraba Robert de Niro. "Fue circunstancial que en una ocasión, estando fregando platos en el restaurante en el que trabajaba, hubiese un cumpleaños de una persona influyente, saliera a cantar Happy birthday to you y a partir de allí se desencadenasen una serie de acontecimientos que no esperaba para nada. Hasta el punto de que periódicos como The Washington Post hicieron referencia a que había un cantante lírico trabajando como friegaplatos en un restaurante", explica Joxemi Martis.

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