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Rajoy 'desembarca' en el PP gallego y promueve su renovación

Javier Casqueiro

Mariano Rajoy es el punto de referencia que guía la drástica renovación emprendida respecto a los principales responsables del PP en las provincias de A Coruña y Pontevedra y las más importantes ciudades gallegas, en algunas de las cuales el partido funciona con gestoras tras sus crisis internas. El vicepresidente primero del Gobierno, que hasta hace ocho meses era una figura sólo simbólica en Galicia, aterriza así de manera estratégica en un proceso que conducirá a esta organización, la más importante de los populares en España, primero a su adaptación a las estructuras nacionales y luego a afrontar a medio plazo la sucesión de Manuel Fraga.

Los populares coruñeses y pontevedreses celebrarán el próximo fin de semana sus congresos provinciales, que serán clausurados por Mariano Rajoy, ahora vicepresidente político del Gobierno, y Javier Arenas, secretario general del PP. En ambos casos se provocará la renovación de los cargos más relevantes y de casi el 50% de los miembros de las directivas. Antes del verano se programarán también los cónclaves locales en A Coruña, Vigo y Ferrol, las ciudades más pobladas de Galicia y en algunas de las cuales las gestoras creadas para dirigir provisionalmente el partido, tras las crisis de personalismos,llevan en marcha más tiempo de los seis meses que prevén los estatutos para organizar estos cónclaves.Esa situación de cierta parálisis que aún afecta al PP gallego para afrontar determinados conflictos internos tuvo su punto sin retorno el verano pasado, cuando Manuel Fraga, presidente de la Xunta, citó en el despacho de su casa de Perbes a los barones tradicionales de A Coruña y Pontevedra, José Manuel Romay y Xosé Cuiña, y les obligó a dimitir de sus puestos como medida de cirujía estética ante el congreso regional del otoño, en que, además, Cuiña dejó de ser el secretario general del PP gallego tras diez años en el cargo.

La nueva irrupción en escena de Rajoy surge precisamente de esa asamblea, en la que abandonó su función casi honorífica y colocó como relevo de Cuiña a un hombre "de consenso", pero de su entera confianza: Xesús Palmou, un ex consejero muy próximo a Fraga.

El éxito de Palmou en estos meses ha sido preparar la renovación de los populares en A Coruña, Pontevedra y las grandes ciudades bajo los dictados de Rajoy y Arenas, pero sin despertar el enfrentamiento de los barones más reacios a cualquier intromisión en sus feudos: Romay, Cuiña, Xosé Luis Baltar y Francisco Cacharro.

Ese modelo de cambios sin traumas y con el espíritu de que prevalezca más el interés del partido que el de cualquier líder es el que pretende experimentar Palmou para abordar también en el futuro el relevo de Baltar en Ourense y Cacharro en Lugo. Y más tarde, el que debería imponerse, si funcionase esa lógica, para acometer la sucesión de Fraga. Una prueba de fuego, esta última, para la adaptación del tradicional PP gallego al nuevo centro reformista promovido por José María Aznar, Rajoy y Arenas en el 13º Congreso Nacional, pero para la que no hay prisas porque está asumido que Fraga volverá a presentarse en las elecciones de 2001 y su victoria, de producirse, ampliaría en cinco años más el plazo para buscar a su delfín.

Así, pues, la sustitución de Fraga aún está lejana para hacer predicciones sobre los candidatos a protagonizarla, pero la estrategia emprendida permitiría postular para ese reto incluso a Rajoy. En contra, eso sí, de sus deseos personales, pero con el respaldo total de los populares gallegos, que apelarían para convencerle "a su sentido de la responsabilidad".

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La prueba de las buenas negociaciones de Palmou, refrendadas la semana pasada en Madrid con sus contactos con Arenas y Rajoy, se constata en el perfil de los nombres pactados para dirigir en adelante a la formación en las provincias de A Coruña y Pontevedra. El primer caso es el de Antonio Couceiro, ex consejero de Industria, que ha integrado en su equipo como su segundo, frente a todos los pronósticos, a su teórico rival, José Luis Torres Colomer, como coordinador general. El segundo, el de Rafael Louzan, vicepresidente de la Diputación local, en contra de los criterios de Cuiña, que quería mantener al actual responsable de la gestora, el veterano Manuel Abeledo, o promover al alcalde de Cangas, José Enrique Sotelo, que va a ser el segundo de Louzan.

En Vigo, donde podría haber varias candidaturas, el partido apuesta por Pablo Egerique, responsable de la Zona Franca. En Ferrol, el candidato era Arsenio Fernández de Mesa, impulsado ahora por Rajoy como nuevo delegado del Gobierno en Galicia, otro detalle de su creciente influencia. En A Coruña capital se apunta a Belen Docampo.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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