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La oposición pone condiciones a la oferta de diálogo de Chaves durante su investidura

Lourdes Lucio

El candidato del PSOE, Manuel Chaves, resultó anoche elegido por cuarta vez presidente de la Junta de Andalucía por 57votos a favor (los 52 de su partido y los cinco del Partido Andalucista) y 52 en contra (46 del PP y seis de IU). La última jornada del debate de investidura no fue ni más duro, ni más bronco, ni diferente al de otras ocasiones, sino un diálogo de sordos entre Chaves y la presidenta del Partido Popular, Teófila Martínez. A la oferta de acuerdos del socialista, la portavoz de los conservadores contestó con una retahíla de incumplimientos desde 1990.

Los portavoces de PP, IU y PA se estrenaban todos como jefes de sus respectivos grupos y Chaves, que gesticuló más que nunca, sacó ventaja de este hecho.Teófila Martínez provocó los primeros abucheos de las filas socialistas cuando, apenas llevaba unos minutos en la tribuna, y soltó: "Le voy a dar una última oportunidad para que demuestre que es capaz de dialogar y dejar atrás la confrontación". La frase fue considera por Chaves como un "lapsus", ya que, recordó, deberán ser los ciudadanos los que dentro de cuatro años decidirán de nuevo en las urnas.

La jornada de ayer dejó claro que el Parlamento de Andalucía es cosa de dos: PSOE y PP confrontaron sus programas y cada uno jugó en su terreno. Chaves, que reiteró en varias ocasiones los seis triunfos consecutivos del PSOE de Andalucía, intentó sacar a los populares algún compromiso del abanico de pactos propuestos el día anterior, especialmente los que afectan al censo, la financiación autonómica, las transferencias y las inversiones. El intento fue vano.

Teófila Martínez leyó un discurso de18 folios en los que relató los incumplimientos de todos los gobiernos presididos por Chaves, reclamó un "cambio de mentalidad en la sociedad andaluza" y puso en duda las intenciones reales del socialista para alcanzar acuerdos. "Usted pone una cara aquí y luego le da la patada en la espinilla a los ayuntamientos y al Gobierno de la nación", dijo Martínez, quien acusó a Chaves de "no querer hablar de las materias en las que tiene competencias". Ambos se instaron en determinados momentos del debate a mantener la tranquilidad. "No se ponga nervioso", le dijo en varias ocasiones la portavoz popular al socialista. "Señora, calma, calma", le replicó Chaves en otro momento.

La referencia de Martínez a las competencias le dio pie a Manuel Chaves para tirar por elevación y recordar que hay muchas materias en las que hay responsabilidad compartida entre las administraciones central y autonómica, por lo que le instó a "no adoptar la actitud cínica" de endosar lo que va mal al presidente de la comunidad y lo que va bien al Gobierno central.

El debate con Izquierda Unida fue completamente distinto. Antonio Romero, que se centró más en las propuestas alternativas, reprochó al candidato del PSOE el haber tenido "miedo" de haber pactado con la federación, a lo que Chaves le replicó que IU, que pasó de13 a seis diputados, "no está en condiciones de otorgar la marca de izquierdas absolutamente a nadie".

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José Calvo Poyato se estrenó como portavoz del grupo andalucista. Las referencias a la satisfactoria experiencia del Gobierno mixto de la legislatura anterior y la confianza de que se repita en la que está en curso abrieron y cerraron las réplicas y contrarréplicas de Chaves y Calvo. Éstos aprovecharon sus turnos para exponer sus políticas al pleno, habida cuenta del escaso margen de desencuentro, y también lanzar cargas de profundidad a la oposición.

Calvo inició su discurso reclamando la integridad de las competencias hidráulicas, incluida la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, para poder luchar contra las sequías periódicas. De ahí pasó a las otras competencias que reclama el PA: policía autonómica, el control de la pesca marítima en la jurisdicción de las 12 millas, los ferrocarriles de cercanías, el transporte de mercancías y viajeros, la gestión de los aeropuertos, el servicio meteorológico, los parques nacionales (Doñana y Sierra Nevada), la titularidad y gestión del patrimonio histórico no transferido, como la Alhambra, y, por último, el Inserso.

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