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Los asesinos del jefe de policía de Tijuana mataron a otros oficiales y abogados

Juan Jesús Aznárez

Ametrallado a placer, con 50 impactos en el cuerpo y otros 50 en la carrocería de la furgoneta que conducía, el último jefe de la policía de la ciudad fronteriza de Tijuana, Alfredo de la Torre, fue supuestamente asesinado el pasado 27 de febrero por encargo, por sicarios contratados por el narcotráfico y en complicidad con policías de la ciudad fronteriza. Pero no sólo cayó De la Torre. La Procuraduría General de Justicia (PGJ) del Estado de Baja California atribuye a la banda otros 14 asesinatos, algunos de destacados ciudadanos, entre ellos tres abogados y otros dos oficiales de policía. El objetivo del atentado contra el jefe policial sería crear confusión en este tramo de la frontera con Estados Unidos para facilitar el narcotráfico. Infiltrados los cuerpos de seguridad por los carteles, sobornados muchos de sus miembros, México afronta un complejo desafío: la purga de las instituciones encargadas de luchar contra el delito y de administrar justicia. Los seis presuntos asesinos de Alfredo de la Torre fueron contratados, a través de terceras personas, por Vicente Zambada Niebla, hijo de Ismael Mayo Zambada, prófugo de la justicia federal desde 1998 y tenido como uno de los jefes del cartel que dirigía el difunto Amado Carrillo Fuentes, el señor de los cielos. Ismael Zambada, de acuerdo con las investigaciones llevadas a efecto por la Procuraduría (Fiscalía) era el encargado de sobornar a los policías y militares situados en puestos clave. Según el diario Reforma, cuatro agentes municipales fueron detenidos en el interior de una furgoneta Cherokee, vehículo similar al utilizado en el crimen, como presuntos cómplices en varios asesinatos, incluido el de Alfredo de la Torre.

El 'caso Colosio'

También en Baja California, a plena de luz de día, fue asesinado en abril de 1994 Federico Benítez López, director de Seguridad Pública de Tijuana, que se había declarado depositario de importante información sobre el caso Colosio. Luis Donaldo Colosio, candidato del gubernamental Partido de la Revolución Institucional (PRI) a la jefatura del Gobierno, fue asesinado en 1994 después de un mitin en el barrio Lomas Taurinas de la ciudad de Tijuana, una de las principales rutas del narcotráfico hacia el mercado de Estados Unidos. La muerte del candidato, quien había prometido en campaña decencia y apertura política, todavía no ha sido esclarecida.

Las revelaciones sobre el asesinato de De la Torre, con 25 años en la Policía Municipal, en cuyo cuerpo de motoristas comenzó su carrera, demuestran la gran capacidad corruptora del narcotráfico, sobrado de fondos para contratar a matones y multiplicar los bajos salarios de los policías. "En sus declaraciones, los [seis] detenidos confesaron haber ejecutado los [15] homicidios por el pago de diferentes cantidades [entre 3.000 y 6.000 dólares por cada uno de los crímenes]", informó un comunicado de la PGJ de Baja California. "Y [confesaron] que tales encomiendas les fueron hechas por individuos que dijeron actuar por encargo de una persona de nombre Vicente Zambada, con la intención de desestabilizar la tranquilidad pública y crear un ambiente de confusión que le permitirá ampliar su presencia hacia esta frontera en acciones del narcotráfico".

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