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Centenares de incendios causan una catástrofe ecológica en las selvas de Sumatra y Borneo Un organismo oficial culpa a dos grandes explotaciones agrícolas extranjeras de los fuegos

La selva arde de nuevo en Indonesia. Centenares de fuegos siembran la devastación en dos zonas: la región de Riau (isla de Sumatra) y la de Kalimantan (oeste de Borneo). "Es un desastre nacional", reconoció ayer el ministro indonesio de Medio Ambiente, Soni Keraf. Los expertos, aunque carecen de datos sobre la superficie afectada, temen que se reproduzca una catástrofe similar a la de 1997, cuando el fuego arrasó 1,7 millones de hectáreas de una de las últimas y más ricas selvas del mundo. El humo de los incendios actuales ya ha alcanzado a Singapur y Malaisia, según Efe.

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El Ejecutivo indonesio se reunió ayer para abordar el problema de estos incendios incontrolados y, de momento, imparables. Según el ministro de Medio Ambiente, Soni Keraf, "la situación es ya de emergencia". "El Gobierno convocará a los dueños de las explotaciones forestales y las plantaciones para hacer una investigación. Si se encuentran errores, se revocarán sus licencias", añadió. Reconoció que aún se desconoce si los fuegos son intencionados.Pese a ello, la Agencia de Vigilancia Medioambiental de Sumatra ha acusado ya a las plantaciones de palma de aceite de ser las responsables de las llamas en la provincia de Riau (departamento costero del estrecho de Malaca, frente a Singapur), la más afectada. "Los mayores incendios están localizados en plantaciones que son propiedad de dos compañías extranjeras, las mismas que estuvieron detrás de los fuegos de 1998", declaró a Reuters un miembro de la agencia.

En la capital de Riau, la ciudad petrolífera de Pekanbaru (más de 180.000 habitantes), la calidad del aire había mejorado ayer. Una fina capa de humo aún cubría la urbe, donde la visibilidad era de 500 metros (400 la víspera). Las existencias de máscaras protectoras están agotadas. Días atrás, las autoridades pidieron a los ciudadanos que no salieran de casa para evitar los efectos nocivos de la humareda. En esta provincia parte de los incendios llevan aparejada la combustión subterránea, lo que dificulta aún más la extinción. La mayoría se produce en zonas remotas donde los campesinos o los empleados de las compañías prenden la jungla para plantar árboles de caucho y palmas de aceite. El precio de ambas sustancias ha bajado mucho este año, lo que ha llevado a ampliar las plantaciones.

Los expertos temen que se provoque una catástrofe ecológica como la de 1997, cuando los incendios duraron meses. Aquel desastre costó a Indonesia 4.000 millones de dólares (0,7 billones de pesetas). Se identificaron a 176 compañías culpables, pero nadie fue sancionado. Las humaredas afectaron a varios países asiáticos. Se les achacó un accidente de avión y varias colisiones navales que causaron más de 200 muertos.

Los Gobiernos de Singapur y Malaisia están a la espera de que Yakarta les solicite ayuda. Temen que la respuesta llegue tarde y que el humo cubra su cielo, como ocurrió en 1997.

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