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Marcar territorio JUAN JOSÉ MILLÁS

Juan José Millás

Díjose Aznar: cada día enseñaremos una cosa, en plan danza de los siete velos, para excitar al electorado de tal modo que el clímax coincida con el 12 de marzo. Pero llegó Cuevas, partidario como los obispos de la eyaculación precoz, y se desnudó de golpe. A Aznar se le están empezando a desnudar las huestes demasiado pronto. Tiene unos compañeros de viaje que no aguantan una caricia, una insinuación, una copa. Confunden la sexualidad con la genitalidad y van directamente a los bajos, aquí te cojo y aquí te mato. Deprisa, deprisa. Además, les vuelve locos la nomenclatura cuartelera. No me vengas con milongas. ¿Cómo coño vas a resolver eso? ¿De verdad te crees que vas a gobernar sin mi autorización? Se sienten, coño. No habíamos visto tanta chulería desde Miguel Ángel Rodríguez antes de Cristo.Cuevas ha comenzado a marcar territorio, en fin. Hay mamíferos que lo marcan meando y mamíferos que prefieren expulsar sonidos guturales amenazantes alrededor de la urna. Cuevas pertenece de momento a la segunda variedad y ha conseguido asustarnos, sobre todo porque aún no hemos oído que la patronal le haya suspendido de empleo y sueldo. Tampoco, por cierto, tenemos noticia de ninguna homilía en la que los sacerdotes españoles se escandalizaran por la actitud predemocrática de sus obispos frente a estos comicios. Cada uno es como es y baja las escaleras como quiere.

El caso es que Cuevas ha entrado en campaña y de qué modo. El hombre ha visto que empresarios sin empresa, como él, se convertían bajo la protección de Aznar en poderosísimos banqueros o en príncipes de las telecomunicaciones, capaces de levantar 3.000 millones en un golpe de suerte, y se ha preguntado por qué no yo, por qué no yo. Parece que lo estamos viendo, refugiado como un hurón en el fondo de su apellido, lamentando no haber sabido olfatear desde el principio la buena estrella de José María Aznar, quien tiene muchas cosas que perdonarle todavía: Cuevas no creyó en él a su debido tiempo y quizá conspiró para acortar su carrera política; mira que eres torpe, le habrá dicho su madre.

Ahora será recompensado, como Norma Duval y Cía., aunque debe llevar más cuidado con sus gestos. Tanta adhesión incondicional (al PP) y repulsa unánime (al PSOE) por el comisario político de la patronal puede colocar sobre aviso al elector. Una cosa es hablar catalán en la intimidad y otra tener intereses íntimos en las privatizaciones. O sea, que no sabemos si ha hecho bien quitándose de golpe todos los velos y dejando en pelotas al PP antes de bajar un poco la iluminación, porque es que se le han visto hasta las vísceras, pobre. Cuando a Almunia le preguntaron con quién preferiría gobernar dijo que con Frutos, y lo demostró con un acuerdo. Aznar no quería definirse por miedo al qué dirán, pero Cuevas, su amor, ha dado un paso al frente. Que se besen.

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Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

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