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Protesta de miles de profesores italianos por el plan de evaluar su calidad

Cien mil profesores, según los organizadores, y unos 15.000 según las estimaciones de la policía, se manifestaron ayer en Roma para protestar por el sistema de evaluación, (un test de unas cien preguntas tipo concurso-adivinanza), elaborado por el ministerio para medir la calidad de cada docente y establecer una jerarquización en las retribuciones de acuerdo con el nivel de cada profesor. En Milán, en Catania y en muchas otras ciudades italianas, miles de profesores abandonaron las aulas por un día y salieron a la calle para reclamar la dimisión del titular de Educación, Luigi Berlinguer. La protesta, dirigida por los sindicatos de base Cobas, Unicobas y la asociación Gilda, obtuvo el apoyo de casi todo el arco político italiano, desde la derechista Alianza Nacional hasta el comunista Partido de los Comunistas Italianos, que forma además parte del Ejecutivo de centro-izquierda.

Los sindicatos de base, Cobas y Unicobas, calificaron la jornada de ayer como un "éxito histórico" dado el elevado seguimiento de la huelga en todo el país, (hasta un 70% de los profesores, según el Cobas). El Ministerio ofreció cifras radicalmente opuestas.

Aunque una parte de los profesores (incluida la asociación Gilda) se ha pronunciado a favor de un denominado "concurso de méritos" en base al cual establecer el sueldo, todos han estado en contra del sistema elaborado, que ni siquiera contemplaba supervisar la calidad de las lecciones de los profesores.

La protesta ha sido tan fuerte que el ministro Berlinguer aceptó finalmente congelar el concurso. Pero los ánimos estaban ya tan caldeados que ni siquiera los grandes sindicatos han podido frenar la huelga y las manifestaciones. Ayer, los representantes de Cobas y Unicobas reiteraron en un comunicado la necesidad de que el convenio que regula las retribuciones incluya una subida salarial uniforme de unas 45.000 pesetas mensuales a todos los docentes con más de 10 años de experiencia. Los profesores italianos están seguros de ocupar el escalón inferior en cuanto a retribuciones salariales, de los docentes europeos. En Italia, el salario medio de un profesor recién llegado es de unas 160.000 pesetas mensuales, y un maestro de grado elemental con 35 años de experiencia se sitúa en las 204.000 pesetas.

Pero no son sólo salariales las razones del malestar de los docentes. El Parlamento italiano está a punto de aprobar la llamada ley de paridad escolar que autorizará de hecho la concesión de ayudas estatales a la escuela privada. Todo ello de forma indirecta, ya que la Constitución italiana prohíbe expresamente la financiación de otro tipo de escuela que la pública.

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