De Botxo a socavón
Bilbaínos y visitantes han encontrado un nuevo tema de conversación más apasionante que el tiempo meteorológico, la gripe o el Athletic: las obras en la ciudad, que afectan por igual a peatones y conductores y que parecen no sólo no tener final, sino reproducirse a velocidades vertiginosas.Las más grandes, por envergadura e inversión -el tranvía y la peatonalización de la Gran Vía- siguen su marcha y son las que más afectan al tráfico del centro. Las obras del tranvía, que comenzaron en mayo pasado, han llegado estos días a la colocación de los raíles en la calle Buenos Aires. Al tiempo han comenzado los trabajos en el tramo de Uribitarte, se están cerrando los de Sabino Arana y aún se están excavando y canalizando otros servicios (agua, luz, gas, teléfono) en la calle Navarra y paseo de la Ribera. El último tramo que se acometerá es el que corresponde a Abandoibarra, ya que está pendiente de los planos de urbanización de la zona. Para finales del año 2001 -"sin mes"- este nuevo medio de transporte estará operativo.
A finales de este ejercicio estará lista la peatonalización de la Gran Vía, que incluye la calle Diputación, y de un tramo de Ercilla (de la plaza Moyúa a la confluencia con Licenciado Poza). De ésta, ya hay una parte peatonalizada (hasta Rodríguez Arias), aunque para muchos conductores aún sigue siendo un quebradero de cabeza no poder girar por Ercilla en la plaza Moyua.
Otra obra grande es la de saneamiento de la Ría, que afecta a los márgenes de ésta, ahora junto al mercado de La Ribera y en el Muelle de Marzana. "Es un fastidio, pero luego todo esto quedará", comentaba estos días un usuario de una de las líneas de autobús, la 72, que ha sufrido variaciones en su trayecto por el tranvía.
Las obras que seguirán existiendo son las llamadas pequeñas catas. Unas se abren y otras se cierran, pero continuamente se están realizando "un número importante de actuaciones de pequeño volumen, baja interferencia y corta duración", como las define el área de Obras y Servicios del Ayuntamiento de Bilbao. De éstas obras, calculan que habrá unas 10.000 al año. De mantenimiento de aceras se realizan una media de 10 intervenciones simultáneas continuamente. La calle Bidebarrieta, en Marqués del Puerto, Cantalojas y en la calle Prim, por ejemplo, se está arreglando la acera o se estará arreglando en breve.
Otra reparación es la de la red de saneamiento, de la que se realizan tres simultáneamente con una duración de dos a ocho días: Uribitarte, 1; Gregorio de la Revilla con Gran Vía y Epalza con Castaños. También están las obras de reparación de redes privadas -electricidad, teléfono, gas...-, con 15 actuaciones semanales y una duración media de dos a ocho días.
Antes de que nadie se de cuenta llegarán más: la segunda fase de ampliación de aceras en la calle Doctor Areilza, renovación de la red de saneamiento en Manuel Allende, una mediana con árboles en Juan de Garay, la peatonalización de José Anselmo Clave y las plazas Regoyos y Basterra (en el parque de Doña Casilda).
Y, además, los andamios para reparación de viviendas y fachadas que pueblan las aceras y sus consiguientes contenedores.
