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La manifestación convocada para el día 15 en Bilbao desata una crisis entre los nacionalistas

El PNV, EA e IU, los partidos convocantes de la manifestación prevista para el sábado en Bilbao para exigir a ETA que reanude la tregua y al Gobierno del PP que cese en su "inmovilismo", se reunirán hoy para emplazar a HB a que se desvincule del acto. Van a plantear a la coalición abertzale que elija otro recorrido y otra hora si insiste en acudir con lemas diferentes. HB reafirmó anoche su decisión de movilizarse haciendo su propia "lectura política". Es el primer choque fuerte en el seno del Pacto de Lizarra, mientras se suceden las adhesiones a la concentración. Entre ellas, la del Gobierno vasco.

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El PNV, Eusko Alkartasuna (EA) e IU, los tres partidos del Pacto de Lizarra que hasta ahora habían respondido individualmente al anuncio de HB de acudir con su propia pancarta a la manifestación del próximo sábado en Bilbao -para exigir a ETA que restablezca la tregua y al Gobierno que modifique su política penitenciaria-, se reunirán hoy para lanzar conjuntamente un ultimátum a la izquierda abertzale con el fin de que reconsidere su postura de adherirse a la movilización en las condiciones en que ha anunciado. HB pretendía aportar su propio lema, en el que hace hincapié en la salida de las fuerzas de seguridad del Estado de Euskadi y en la necesidad de que los presos de ETA vuelvan a casa. Se trata del primer enfrentamiento fuerte que se produce públicamente en el seno de Lizarra. Esté en juego demostrar quién tiene la iniciativa dentro de esta alianza nacionalista, que ha supuesto para el PNV y EA reiteradas acusaciones, incluso desde sus propias filas, de seguidismo de la izquierda abertzale en el año y medio de duración de este pacto. Ello explica la firmeza con la que las ejecutivas de estos dos partidos, así como la de IU, han respondido a la pretensión de HB de adherirse a la marcha con su propia pancarta que distorsiona radicalmente el mensaje original que la inspiró.

El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, insistió ayer en que HB debe ir por separado si no acepta el lema de los partidos de Lizarra y estimó que la coalición se ha visto forzada a adherirse a esta manifestación para no quedarse sola. Según Arzalluz, una gran mayoría del pueblo vasco quiere que ETA desaparezca, y aclaró: "Nuestra marcha tiene como objetivo pedir a ETA que pare y decirle a Aznar que qué clase de gobernante es que, teniendo una ocasión como esta, no se ha movido".

También la ejecutiva de EA criticó esta decisión de HB porque ha provocado una "situación insólita", que sólo puede traer "confusión y efectos contraproducentes" si llegara a realizarse en esas condiciones. Desde la dirección de EA se negaba, sin embargo, que este choque refleje la existencia de "fisuras" entre los nacionalistas -se trata de "dificultades que son lógicas en procesos de este tipo"- por lo que pedía a la izquierda abertzale que sea responsable y respete el carácter unitario de la movilización.

El diputado de IU, José Navas, también recordó ayer que la manifestación del sábado tiene un lema claro y un recorrido definido y añadió que "HB no puede jugar con dos barajas a la vez". "Esta postura de HB tiene un diagnóstico claro y no es otro que la esquizofrenia pura y dura. A muchos de ellos les gustaría romper con ETA pero no tienen el valor suficiente para hacerlo y se escudan en el doble lenguaje y la ambigüedad calculada", dijo.

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A última hora de ayer, la Mesa Nacional de HB se reafirmó en su decisión de participar en la marcha y lanzó un llamamiento a los convocantes para "unir fuerzas entre las cuatro formaciones en torno a las líneas políticas comunes". HB recordaba que no había habido problemas en la concentración convocada por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, el 3 de diciembre, a la que acudieron con pancartas y mensajes añadidos al lema Bakea behar dugu [queremos la paz], que la presidió.

Adhesión del Gobierno vasco Mientras los convocantes y HB se cruzaban sus posiciones, ayer se iban conociendo las adhesiones a una u otra movilización, procedentes de instituciones, sindicatos y organismos de todo tipo.

La más importante fue la del Gobierno vasco. El portavoz del ejecutivo, Josu Jon Imaz, expresó su apoyo a la manifestación y criticó a HB por tratar de participar con una "lectura propia".

Al termino del consejo de Gobierno, Imaz anunció que el Ejecutivo iba a tener representación en la manifestación, aunque no concretó si participará el lehendakari. Es probable que asistan al menos dos consejeros, uno del PNV y otro de EA, y el resto podría secundar el acto a título personal.

Según el portavoz, el espíritu de la convocatoria "entronca" con la postura que ha mantenido el Ejecutivo hasta el momento. "Es legítimo y conveniente manifestarse para pedir a ETA que restituya la tregua, para denunciar el inmovilismo del Ejecutivo central y para reclamar que se inaugure una etapa en la que el diálogo entre todas las fuerzas políticas sea posible en un escenario sin violencia", razonó. Sobre la decisión de HB, recordó que "no es el convocante" y, por lo tanto, debe sumarse a la consigna de los organizadores con todas las consecuencias.

El rebrote de la violencia fue tratado por el Gobierno de Vitoria en su consejo de ayer. Imaz enfatizó que "todas las víctimas de la violencia callejera" tienen el apoyo moral y la solidaridad del Ejecutivo y realizó un llamamiento al conjunto de la sociedad para que apoye a quienes sufren este tipo de ataques "absolutamente injustos e injustificables". Imaz insistió en que no "existen motivos para que los ciudadanos recurran a la autodefensa", como advirtió el dirigente socialista Manuel Huertas. "El Departamento de Interior adopta todas las medidas para prevenir actos delictivos", dijo.

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