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Una multa enredada

La Comunidad impone una sanción de 162.000 pesetas a un parado por cazar sin permiso

La tarde del 27 de marzo de 1996 era soleada. El invierno había pasado y Miguel Ángel Gómez, desempleado de 41 años, aprovechó la llegada de la primavera para salir a pasear su perro por el campo. Como tantas otras veces. Eso sí, nunca imaginó que un paseo le podría salir tan caro. Ni más ni menos que por 162.750 pesetas. Ésa es la cuantía de la sanción que le ha impuesto la Consejería de Medio Ambiente por una presunta infracción de la Ley para la Protección y Regulación de la Fauna y Flora Silvestres. Dos agentes motorizados de la Guardia Civil denunciaron a Gómez por cazar pájaros con red sin el preceptivo permiso. Gómez ha recurrido la sanción. Alega en su defensa que es insolvente porque no trabaja desde hace nueve años. Además asegura que él no era quien cazaba con red, sino que era otra persona con la que estaba charlando.Pero Medio Ambiente mantiene la multa. Acusa a Gómez de la "captura y persecución de animales silvestres con medios prohibidos (reclamos y redes), el día 27 de marzo de 1996, en la estación de Renfe Fuencarral-Chamartín, habiendo capturado 22 pájaros", según se lee en la sanción.

Gómez mantiene que ese día hizo un receso en su paseo con Rufo, su perro, un cruce de podenco, para charlar con un cazador. "Vi a un hombre apostado en una ladera, medio escondido. Me paré a hablar con él y le pregunté qué hacía. Cazaba pajaritos con red. Estaba en una zona de juncos, en una ladera que tiene un arroyo. A los pájaros les gusta mucho el sitio porque beben y se bañan", afirmó.

Tal y como previó el cazador, los pájaros se posaron en las inmediaciones del arroyo. Entonces tiró de una cuerda, la red se cerró y los pájaros quedaron enredados. En el morral, 22 pequeñas aves. Las había de varios tipos, pero la mayoría eran jilgueros, que vuelan en bandadas, y pardillos, parecidos a los gorriones.

Pero el cazador cayó en otra trampa. Una pareja de la Guardia Civil llegó en moto, campo a través, y le cazó con la red llena de pájaros y sin el preceptivo permiso cinegético. Gómez afirmó que "el cazador era otro y no yo". No sirvió. Fue multado. Gómez recurrió. "Sólo estaba mirando", insiste ahora. Lleva nueve años desempleado y no piensa pagar la multa.

"Primero, porque yo no lo hice, y segundo, porque llevo nueve años sin empleo y no tengo dinero. Una vecina me da de comer. Sólo voy a los bares en los que me conocen y me invitan a tomar un botellín. Voy casi todas las tardes de paseo porque es gratis", explica.

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