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El Palau Macaya acoge el mágico arte de los nativos del "fin del mundo"

Jacinto Antón

Hombres que danzan imitando a las focas, espíritus caníbales, ceremonias de destrucción de riqueza, pescadores que arponean a las ballenas de pie en el mismo lomo de las bestias, máscaras hechas de la materia de los sueños, objetos forjados en el hielo. He aquí algo de las antiguas culturas nativas de la costa noroccidental de América - la larga franja costera de la Columbia Británica y Alaska, considerada por los exploradores europeos el mismísimo fin del mundo-, a cuyo mágico arte la Fundación La Caixa ha consagrado en su sede del Palau Macaya barcelonés una exposición compuesta de unas 200 piezas.

Es toda una experiencia recorrer la exposición, instalada en unas salas en semipenumbra, con la iluminación muy baja por exigencias de conservación dado que la mayor parte de los objetos, desde los más antiguos, de varios siglos antes de Cristo, hasta los más modernos, del siglo XIX, son de frágil materia orgánica -madera, hueso, piel, pelo-. En las piezas, que fascinaron a navegantes como Cook y Malaspina, a artistas como Breton, a antropólogos como Lévi-Strauss, late un mundo extraño y remoto, el eco de unas culturas que se desarrollaron entre los espesos bosques de coníferas y el océano Pacífico -los indios del noroeste, de difíciles nombres del tipo kwakiutl- o en el desolado frío más al norte aún -los inuit, mal llamados esquimales-; unas culturas que, pese a su heterogeneidad, presentan algunos rasgos comunes, como esa impregnación de lo acuático (mares y estuarios) que ha llevado a titular la exposición Espíritus del agua. Todo lo que se exhibe ejerce una gran fascinación: un bellísmo pequeño torso femenino inuit tallado en marfil (cultura okvik, 250 antes de Cristo al 100 después de Cristo), procedente de la zona del estrecho de Bering; una peineta de chamán haida; los tocados ceremoniales tlingit rematados por bigotes de morsa, o las contundentes hachas mata esclavos de los nutka y sus mazas de hueso de ballena. Pero son las máscaras las grandes protagonistas de la exposición: máscaras como la esquimal arcaica de madera, roída por el tiempo -1.500 años- y el frío ártico, considerada la pieza más interesante de la colección, o las de los inuit yupik decoradas con plumas y que representan espíritus de animales como el oso polar, el lobo o la nutria. Máscaras como la tsimshian que representa un rostro humano delicadamente esculpido, o la grotesca tlingit de mosquito, pasando por las tan características de aves de largos picos articulados.

Lluís Monreal, director de la Fundación La Caixa, dijo al presentar la exposición que el objetivo de ésta es doble: dar a conocer al público español las culturas de esa zona de Norteamérica explorada por primera vez por los europeos hace 200 años y reconstruir la "epopeya" de ese descubrimiento, en el que los españoles, con los rusos y los ingleses, desempeñaron un papel de primer orden. Monreal consideró que, de haber sido norteamericanos, los Malaspina, Bodega y Quadra, y Juan Pérez serían objeto de películas de Hollywood, dado el calibre de sus aventuras. Destacó Monreal la calidad de las piezas seleccionadas, entre cuyos prestadores figuran el Museo de Historia Natural de Nueva York, el Peabody Museum, el Musée de l"Homme y el Kuntskamera de San Petersburgo, y subrayó que algunas piezas recogidas por Cook -en su tercer y último viaje, antes de ser asesinado por nativos polinesios en las islas Hawai- han vuelto a juntarse por primera vez con motivo de la exposición. Los comisarios de ésta, el antropólogo Alberto Costa y la directora del Museo de América de Madrid, Paz Cabello, mostraron un entusiasmo contagioso. Cabello insistió en la importancia de los exploradores que protagonizaron la "última gesta del descubrimiento del mundo a finales del XVIII".

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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