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Entrevista:

"Cumpliremos la ley del 5% para el cine, pero es un atentado a la libertad"

, Paolo Vasile, que hasta el año pasado dirigió el centro de producción de Mediaset en Roma, lleva nueve meses en Madrid como principal ejecutivo de Tele 5, al principio en la sombra y después con la clámide de consejero delegado de la que antes se revestía Maurizio Carlotti. Como productor que fue de cine y televisión, se muestra decidido a apoyar al cine incluso con la construcción de unos grandes estudios en Madrid; sin embargo, se sube por las paredes con la norma que le obliga a dedicar el 5% de los ingresos de su empresa a financiar películas. Al borde de los 46 años, casado y con tres hijos, Vasile pisa con pies de plomo en una cadena a la que califica de "fenómeno de la comunicación" porque "en 1994 estaba al borde del cierre y ahora es de las más rentables de Europa".Pregunta. ¿Qué objetivo se marca para su gestión?

Respuesta. El de convertir a Tele 5 en un gran proveedor de contenidos para la televisión generalista, el cine, la televisión de pago y las otras formas de televisión. La de pago, por ejemplo, puede realizar una serie de programas que nosotros no podemos. No hacemos teatro o música clásica porque todo lo que hagamos tiene que conseguir más del 20% de la audiencia. A mí me gustaría hacer una noche de teatro o de reflexión política, que faltan en la televisión en España, pero no podemos permitirnos productos de este género, que sí tienen cabida en la televisión de pago. El objetivo de Tele 5 no es ser la primera en audiencia, sino ser la mejor; lo mismo que España, que no es la primera potencia de Europa, pero es la que presenta los mejores datos macroeconómicos.

P. ¿A qué nuevas formas de televisión se refiere?

R. Creo que la gran sorpresa llegará de Internet. Si se consigue resolver el problema de la velocidad en la transmisión de datos, podría cambiar todo el mundo de la televisión no generalista. La generalista es como la Iglesia católica, tiene los siglos contados; siempre será el negocio más grande. Pero las nuevas generaciones empiezan a ver la televisión de modo distinto. Aquí hablamos de satélite, de digital terrestre, pero eso no cambia la vida; la vida ha cambiado cuando se han inventado la televisión, el teléfono o el coche, y la vida del que tiene teléfono ha vuelto a cambiar con el móvil. La gran novedad en la televisión se producirá cuando, con un motor de búsqueda, tú puedas ver lo que quieras cuando lo desees.

P. ¿Intenta usted tomar posiciones entre los nuevos medios?

R. La llave de una empresa generalista como la nuestra es que el desarrollo de las nuevas formas de televisión necesita contenidos. Se trata de hacer productos mayoritarios pero de calidad. De Tómbola a El Comisario va una buena diferencia.

P. ¿La alianza de Mediaset y Kirch tiene que ver con que Mediaset incremente su control sobre Tele 5 hasta el 40%?

R. Hay una química excelente entre los accionistas de Tele 5. Cuando se autorizó subir el tope al 49%, el deseo de todos los accionistas fue el de primar la estabilidad y distinguirnos por ser una empresa con accionistas del sector de comunicación. Otro socio habría sido un riesgo. Sabemos que Correo y Planeta están más interesados en entrar en el holding europeo que en invertir su dinero en más acciones de Tele 5. Y me parece natural que Mediaset intente confirmar su liderazgo.

P. ¿El Gobierno influye en la televisión más o menos de lo que lo hace en Italia?

R. Al venir aquí, uno se hace la idea de que esto es un país feliz, porque no existe una pelea política importante. Pero creo que el Gobierno no ha valorado el daño que causarán al sector de la comunicación algunas medidas legislativas tomadas en los últimos meses y que me han dejado perplejo. Lo del 5% para financiar películas no existe en ninguna parte del mundo. En mi vida he visto una ley que fije un impuesto directo a un empresario privado para que dé dinero a otro privado. Si mañana se produce un terremoto, el Gobierno puede fijar un impuesto sobre la gasolina para reconstruir lo que se haya destruido; y si el Gobierno cree que las subvenciones ayudan al cine, que dé un poco menos de dinero a TVE y un poco más al cine. El cine español está viviendo un período maravilloso y no ha vencido en el último festival de Cannes sólo porque los franceses son culturalmente antidemocráticos, pero triunfó moralmente; es decir, hablamos de un cine importante, pero no por lo que cuesten los efectos especiales, sino por la inteligencia, creatividad y ambición de los proyectos.

P. Pero esa operación legislativa ya se ha consumado. Lo interesante es saber en qué va a emplear Tele 5 los 3.000 o 4.000 millones que le toca aportar.

R. Cumpliremos la ley, naturalmente, pero haremos todos los recursos posibles. No soy un jurista, pero pienso que puede ser inconstitucional. Obligarnos a dedicar el 5% de nuestros recursos a una actividad que está fuera de la televisión es un atentado muy grave a la libertad empresarial. No afecta mucho al resultado económico, porque Tele 5 es la cadena que más invierte en producción española.

P. En este país no hay libertad de empresa televisiva; todos sabemos que son concesiones.

R. Si lo hubieran fijado en la concesión sería otra cosa, pero lo han establecido después. El Gobierno puede gastar el dinero en ayudar al cine, a un deporte menor o a alguna otra cosa, pero no puede decidir dónde tiene que gastárselo un privado.

P. A cambio de ese "impuesto", el Gobierno les compensa con la ampliación del tiempo de publicidad y autopublicidad.

R. No. Aquí se ha hecho otra cosa bastante grave. Al asumir la legislación europea, se han olvidado del pequeño detalle de que tenían que bajar el porcentaje de publicidad de la televisión pública. España es el único país en el que la televisión pública puede emitir tanta publicidad como la privada, además de recibir subvenciones y de que el Estado sea el garante de su deuda. A nosotros no nos han regalado nada: el porcentaje de publicidad permitido es el mismo que antes; la autopromoción no es publicidad, porque nadie la paga. Hoy, para hacer televisión generalista se necesita invertir y arriesgar mucho dinero. El político, cuando lo eligen, se convierte en accionista de referencia de una televisión como la pública, sin arriesgar nada.

P. ¿Usted apuesta o no por la información en su cadena?

R. La apuesta más grande de Tele 5 antes de mi llegada fue la inversión en información. El consejo que siempre doy a nuestro gran director de informativos, Luis Fernández, es el de hacer una información independiente, en el sentido de que eso significa hablar de una cosa cuando pensamos que a la gente le interesa muchísimo, y no implica hablar un poco de Aznar y un poco de la oposición. Y cuando pasa algo grande, como la tregua de ETA, la televisión tiene que pararse: por eso hacemos la televisión en directo, que se puede parar muchas veces para volcarse en un acontecimiento. Estamos desarrollando una línea de trabajo para acercar más el informativo a los intereses de la gente.

P. ¿Y qué piensa hacer en la ficción?

R. Aquí hablan de ayudar al cine, pero no lo hacen. Lo primero que necesita el cine en España es una casa. Platós, escenarios, medios... No existe en España un complejo industrial donde el cine pueda desarrollarse en mejores condiciones que las actuales; el cine está aquí por la calle y no en grandes estudios. Espero que Tele 5 pueda ofrecer una casa al cine español. En ello estamos trabajando.

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