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DOPAJE EN EL CICLISMO

Chiappucci fue el primer grande cazado

Marco Pantani ha sido el corredor número 25 que pierde la licencia y debe dejar una carrera por tener el hematocrito más alto del 50% reglamentado. El Pirata se ha convertido en el último de una lista que comenzó en marzo de 1997 durante la Paríz-Niza francesa, primera prueba importante por etapas de la temporada. Junto a los italianos Santaromita y Colombo fue descubierto el francés Erwan Mentheour, que aún ahora sigue envuelto en uno de los procesos abiertos por dopaje.El primer nombre importante cazado, sin embargo, fue uno de los corredores que más han animado el pelotón mundial en los últimos años: Claudio Chiappucci, El Diablo, controlado en el Tour de Romandía suizo, en mayo, en vísperas de un Giro que ya no pudo correr. Fue la puntilla a su carrera. Después, en la misma ronda italiana de 1997, cuatro corredores fueron expulsados. Uno de ellos, el francés Thierry Laurent, del Festina, primer indicio del escándalo que iba a estallar el año siguiente en el Tour al descubrir al masajista del equipo, Willy Voet, un arsenal de EPO en la frontera franco-belga. El ciclismo español ha sufrido cinco casos de descalificación. Abrió la serie del año 1998 el velocista del Kelme Ángel Edo, que no pudo correr la primera gran carrera clásica de un día en la temporada, la Milán-San Remo, en marzo. También en la Volta a Catalunya sobrepasó el límite del porcentaje de hematocrito el banesto Aitor Garmendia.

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Después del gran escándalo del Tour, con un ciclismo ya bajo sospecha absoluta, los descalificados siguieron, pero casi pasaron inadvertidos. Y eso que en la Vuelta a Portugal hubo una auténtica escabechina, con el mayor número de expulsados en una carrera: siete. Todos italianos, y de segunda fila entonces, menos uno que prometía: Gilberto Simoni, curiosamente tercero ahora en el último Giro. El filo de la navaja amenaza a muchos. Por ejemplo, a los dos hombres más destacados del Vitalicio, Dani Clavero y Juan Carlos Domínguez, también echados de la Vuelta a España del año pasado.

Este año, sólo el kelme Javier Otxoa, que no pudo salir en el Giro, parece que puede demostrar, según la UCI, su nivel alto de hematocrito por causas naturales.

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