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La Audiencia Nacional manda investigar la responsabilidad de Interior en los GAL

La Audiencia Nacional ordenó ayer que se investiguen las responsabilidades del Ministerio del Interior y de sus altos cargos en el crimen de los ciudadanos franceses Christophe Matxikotte y Catherine Brion, asesinados por los GAL en Bidarray (Francia) el 17 de febrero de 1986. Por ese atentado fue condenado ayer a 68 años de prisión Miguel Brescia, de 45 años, conocido como el camionero de los GAL. El tribunal considera que el asesino no pertenecía al grupo terrorista, sino que colaboró por dinero.

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Los magistrados ordenaron que se remitan al Juzgado Central de Instrucción número 2, cuyo titular es Ismael Moreno, los documentos y testimonios más significativos de la causa para que, de acuerdo con las peticiones de la acción popular, se investigue a los altos cargos del Ministerio del Interior, de la Delegación del Gobierno en Navarra y de la Jefatura Superior de Policía de Pamplona, en 1986, cuando ocurrieron los hechos.Entre los mencionados expresamente por la acción popular figuran el ex secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera; el ex director de la Seguridad del Estado, Julián Sancristóbal; el ex delegado del Gobierno en Navarra, Luis Roldán; el ex presidente navarro Gabriel Urralburu y el ex subcomisario José Amedo.

El camionero de los GAL ha sido condenado por dos delitos de asesinato relacionados con la actividad de banda armada, tenencia ilícita de armas y falsedad en documento mercantil. Sin embargo, ha sido absuelto de pertenencia a banda armada y daños.

La sentencia por la que se condena a Brescia señala: "Se está en disposición de afirmar que para la realización del hecho [el atentado de Bidarray] se organizó a un grupo de persona con diversas misiones, coordinadas siempre por la que se daba a conocer como Óscar. Se eligió como víctima a una pesona por su presunta afinidad con ETA. Le localizaron los componentes del grupo, se estudió la zona donde vivía, sus costumbres y la forma eficaz de eliminación con impunidad. Consiguieron las armas y una vez planificado, se hizo proposición inmediata a los elegidos como autores materiales de su muerte y la ejecutaron. Finalmente se reivindicó en nombre de una siglas que definen el sentido de la acción: Grupos Antiterroristas de Liberación".

El texto judicial precisa que de las pruebas examinadas se induce que Brescia "tuvo conciencia en todo momento de que iba a participar en una acción de los GAL como banda armada y sabía lo que ello significaba. Actuaba para obtener un beneficio económico, pero en ello iba implícita su intención de que dicho grupo consiguiera sus fines de eliminación de personas próximas o afines a los postulados defendidos por ETA".

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"Infundían miedo"

Por ello el tribunal absuelve a Brescia de pertenencia a banda armada, ya que según la sentencia, el camionero no era miembro del grupo, sino que trabajó a sueldo para ellos, "colaborando con los fines del grupo armado que se autodenominaba GAL"Pero la Audiencia Nacional deja claro que los GAL son un grupo terrorista, "que por acciones anteriores infundían miedo e inseguridad en los habitantes de las localidades vasco francesas, que por su ubicación social y geográfica podían ser potenciales víctimas de sus acciones violentas".

Pero la sentencia de la Audiencia Nacional dice aún más. Recoge las declaraciones como testigo del general José Antonio Sáenz de Santamaría, quien afirmó que fue el Ministerio del Interior el organismo desde el que finalmente se pudo atajar, en colaboración con el Ministerio del Interior francés, la lucha ilícita contra ETA. "Si eso fue así", puntualiza la sentencia, "significaría que ambos departamentos tenían información sobre personas involucradas y que sólo a partir de un momento dado lograron neutralizar.Ello conduce a la convicción de que existen responsabilidades de diversa naturaleza que estarían aún por deducir".

El tribunal reconoce que en el sumario no han podido esclarecerse esos extremos.

La sentencia declara probado que Brescia conocía a una persona que se hacía llamar con nombre falso "Óscar" y que regulamente le encargaba que pasase a Francia o Suiza paquetes y bolsas con dinero, por lo que cobraba una comisión.

Brescia era amigo de un francés llamado Yannick Coudret. En 1986, ambos fueron emplazados por Óscar a viajar a San Sebastián, donde poco antes del 17 de febrero, les propuso matar a un refugiado francés conocido como "el poeta", que vivía en un caserío de Bidarray por lo que les pagaría siete millones de pesetas.

Coudret no aceptó, pero Brescia sí, y acompañado por otro sicario, con barba, ametrallaron el vehículo en el que viajaban Matxikotte, de 60 años, y Brion, de 16, a los que asesinaron por error. Después huyeron en el coche que habían alquilado.

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