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CiU decide endurecer su discurso contra los socialistas y volcarse en apoyo a Molins

Las encuestas no son favorables y los ataques contra la Generalitat por el supuesto abandono en inversiones al que ha sometido a la ciudad de Barcelona se repiten en todos los debates electorales. Ante tan sombrío escenario, Convergència i Unió (CiU) ha decidido cambiar de estrategia: los dirigentes de la coalición van a volcarse en apoyo de su candidato, Joaquim Molins, y endurecerán su discurso contra el alcalde Joan Clos. Ayer Molins pinchó por segunda vez en un mitin. Tan sólo un centenar de vecinos acudieron a un acto electoral en el barrio de Horta-Guinardó.

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Ayer se conocían los resultados de la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas, que otorga a CiU entre 11 y 12 concejales al Ayuntamiento de Barcelona, uno menos de los que dispone en esta legislatura, y la entrada en el consistorio de Iniciativa per Catalunya y de Esquerra Republicana con dos ediles cada uno de ellos. Esta composición facilitaría la reedición del pacto de izquierdas y el acceso de Clos a la alcaldía. Desde las filas nacionalistas se insiste en que la única encuesta válida es la del día 13, pero las razones para el desánimo van haciendo mella entre el equipo de CiU. En los dos debates que se han celebrado entre los candidatos se ha evidenciado un ensayado reparto de papeles. Clos aparece en su papel institucional, mientras que sus socios en el consistorio, Iniciativa per Catalunya (Imma Mayol) y el Partir per la Independència (Pilar Rahola), se encargan del desgaste del adversario. Los ataques van directos contra Molins, pero especialmente contra la Generalitat, a la que culpan de haber abandonado política y económicamente a Barcelona. Además Molins no consigue, pese a sus reiteradas demandas, un debate cara a cara con Joan Clos. Otro motivo de pesimismo. Ayer, el candidato de CiU pinchó por segunda vez en un mitin en Barcelona. Cien personas -menos de las sillas que la organización había dispuesto- asistieron a un acto en los jardines del Príncep de Girona. El primer día de campaña, en el Eixample, CiU tan sólo llenó la mitad del aforo del salón del colegio de los Maristas. Molins resumió la situación: volvió a retar a Clos a un cara a cara y culpó a Rahola y Mayol de "hacerle el trabajo sucio" al alcalde. Corresponde, por tanto, un cambio de estrategia. Jordi Pujol bajará de nuevo a la arena y dará su apoyo sin fisuras a Molins. El lunes ambos concurrirán juntos a una rueda de prensa a la que podría añadirse el dirigente democristiano Josep Antoni Duran Lleida. Arreciarán las críticas contra los socialistas y se defenderá a ultranza la labor realizada en Barcelona por el Gobierno de la Generalitat. PASA A LA PÁGINA 4

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