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Los caminos de la difusión

Los caminos seguidos por las compañías independientes para difundir sus obras son variopintas. El grueso de ellas ha conseguido consolidar su presencia en los medios de comunicación (algunos programas de radios regionales y emisoras de barrio, fanzines, revistas especializadas, carteles de calle...) con lo que se han asegurado un mínimo de difusión. Pero eso no es suficiente: para que se puedan vender, esos discos tienen que verse en las tiendas.

Como las independientes carecen de red de ventas, tienen que contratar los servicios de otras empresas (en general, también independientes) para que les hagan la distribución por toda España.

Subterfuge, que ha estado siempre distribuida por Surco, es la primera que ha creado su propia compañía distribuidora. Se llama El Diablo y, aparte de poner en circulación sus propios discos, está abierta a trabajar con otras compañías. Pero en esto también hay grandes veteranas: BOA presta sus servicios, entre otras, a Mil A Gritos, Yo Gano y Por Caridad Producciones; Mastertrax lo hace con Rock Indiana o Elefant, mientras que CODA sirve a Muster, Cudam, A&R, Siroco o Bell Music.

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Famosos en el negocio

Como una excepción, Tábata se deja distribuir por una multinacional, Universal. La última en sumarse al cotarro de la distribución, aparte de El Diablo, es Alía. Nubenegra, El Hombre Tranquilo o La Soleá le confían a ella sus obras de artesanía.

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